Rusia planea crear una compañía estatal de cereales bajo el pretexto de la necesidad de intervenir en el mercado para garantizar una rentabilidad mínima a los agricultores. Las buenas previsiones de cosecha pueden hacer bajar los precios del mercado interno. Si el precio baja de los 215 dólares por tonelada el gobierno intervendrá comprando grano por un importe de unos 300 millones de dólares para proporcionar estabilidad a los agricultores. Esta compañía, además de intervenir con unos precios mínimos también controlará más del 50% de las exportaciones de cereales del país.
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