Después de tres años consecutivos de caída en sus exportaciones, el comercio internacional de América Latina y el Caribe se encuentra en una encrucijada según el Panorama de la Inserción Internacional publicado por la CEPAL. Las ventas externas se contraerían un -14% en 2015, con una tendencia a la baja que se consolida y preocupa a los países de la región.
Como responsables de esta situación se señalan las fuertes caídas en los precios de las materias primas y una menor demanda internacional por los productos que la región exporta. En 2014 y 2013 éstos registraron disminuciones de -3,0% y -0,4%, respectivamente, lo que convierte al trienio 2013-2015 en el de peor desempeño exportador en ocho décadas. Según el organismo de las Naciones Unidas, es probable que las exportaciones de la región vuelvan a caer en 2016, dado que las perspectivas de una recuperación de los precios para el próximo año son poco auspiciosas. El sesgo recesivo que caracteriza al actual contexto económico internacional impide que el comercio recupere el dinamismo que exhibió en el período previo a la crisis de 2008 y 2009.
En el documento se subraya que los impactos negativos se potencian debido a las tareas pendientes que tienen los países de la región, que han desaprovechado la época de bonanza de precios internacionales para avanzar en infraestructura, incorporación de tecnología y mejoramiento de los procesos de producción.
El reporte señala que la caída en las exportaciones y el deterioro de los términos de intercambio serán más agudos en los exportadores de petróleo y materias primas. Venezuela tendrá una contracción en sus envíos de -41%, Bolivia -30%, Colombia -29%, Ecuador -25%, y Argentina -17%. Las ventas intrarregionales anotarán una contracción de -21%, mayor a la caída que se espera para los envíos fuera de la región (-13%). El comercio intra-Mercosur disminuirá un 23%. En materia de importaciones, se consigna una situación similar, ya que se espera una caída promedio de -10% en el valor de los envíos recibidos por la región en 2015.
Para el caso de Argentina, con los volúmenes exportados prácticamente estancados en 2015 respecto del año anterior, la caída en el valor de las ventas se dará por la disminución de los precios. Los mayores descensos se contarían en los envíos hacia la UE (-14,6%) y América Latina (-26,9%). Con una caída de las importaciones de 10%, nuestro país vería prácticamente esfumado su superávit comercial, que se situaría en torno a los 900 millones de dólares al finalizar el año. Desde el año 2011 Argentina registra un deterioro constante de su balanza comercial.
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Especialmente se hace hincapié en los efectos que ha tenido sobre el desempeño exportador de la región el menor crecimiento de China. Se resalta que la “nueva normalidad” china –que transita a una economía con más énfasis en el consumo y los servicios- representa una oportunidad para América Latina y el Caribe de diversificar sus envíos. La región podría convertirse en un socio estratégico para China en el rubro agroalimentario, ya que se espera que el país asiático duplique sus importaciones hacia 2020. No obstante, se subraya que sin las políticas adecuadas es posible que las actuales asimetrías presentes en la relación comercial bilateral se agudicen.
En este sentido, el documento pone énfasis en la implementación de medidas para la facilitación del comercio, que podrían incentivar el comercio intrarregional, estimular la internacionalización de empresas y fortalecer los encadenamientos productivos a través de la baja de los costos de los intercambios.
La región se enfrenta al contexto económico internacional más desfavorable desde 2009. En respuesta, los expertos de la CEPAL consideran urgente avanzar hacia un espacio integrado y con reglas comunes, indispensable para aumentar la resiliencia del comercio intrarregional y favorecer la diversificación productiva y exportadora. En consecuencia, es imperativo explorar áreas de convergencia y de posibles sinergias entre los actuales mecanismos de integración. La definición de posiciones comunes en áreas de interés compartido es una tarea ineludible si los países latinoamericanos y caribeños desean tener mayor capacidad de negociación en los próximos años para romper la tendencia decreciente en sus exportaciones.