Entre pedidos de juicio político y protestas, Temer defiende su permanencia en el gobierno. Argentina ya siente los coletazos de la crisis que enfrenta su principal socio.
Luego de que trascendiera en Brasil una grabación donde el Presidente, Michel Temer, parecía avalar a Joesley Batista, un empresario brasileño dueño de la empresa JBS[1], a comprar el silencio de un exjefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, que estuviera preso por corrupción y podría brindar información en la investigación sobre Lava Jato[2] (según su nombre en portugués), se intensificó aún más la crisis política en el país vecino.
Según se indicara, las escuchas fueron autorizadas por la Corte Suprema y el otorgamiento de las mismas por los empresarios de JBS se vincula estrechamente con la voluntad de alcanzar un acuerdo en el marco de lo que se conoce con el nombre de delación premiada. Esta última “consiste en un acuerdo alcanzado por el investigado (acusado o condenado) por la comisión de un delito y el Estado […] a cambio de la confesión o la prestación de información relevante, se ofrecen al presunto delincuente determinados beneficios, que pueden consistir en la rebaja de la pena, o incluso su remisión total en los casos de colaboración especialmente importante, y también en la retirada de la acusación, con el consiguiente sobreseimiento de la causa, o, previamente, en la decisión de no acusar al delator”[3]. JBS estaría involucrada en el escándalo de la Operación Carne Fraca (carne débil en portugués).
Ante las mencionadas acusaciones, en un mensaje a la Nación que diera horas después de aparecer los audios, el mandatario brasileño desmintió haber avalado mantener pagos por el silencio de Cunha y aseguró que no renunciará al cargo. Asimismo, requirió que se investigue y esclarezca la situación lo antes posible.
No obstante, todo parece indicar que la permanencia del Presidente brasileño en su cargo pende de un hilo. Podría ser destituido o apartado del cargo, como consecuencia del avance de varios procesos que podrían abrirse o continuar: i) una denuncia penal que podría presentar el Procurador General contra Temer ante el Supremo Tribunal Federal (STF), ii) un proceso de impeachment que podría iniciarse dado que ya se realizaron varios pedidos de juicio político, incluido el más reciente efectuado por el Colegio de Abogados de Brasil, iii) la denuncia preexistente que cuestiona el financiamiento irregular de la campaña para las elecciones 2014, en las que compartiera fórmula como vicepresidente con la ex mandataria Dilma Rousseff. Respecto de esta última opción, la fecha pautada para que se reúna el Tribunal Superior Electoral a analizar el caso es el 6 de junio próximo.
A nivel local, el primer impacto que tuvo lo ocurrido en Brasil durante el presente mes fue en el mercado financiero. La devaluación del real contagió al mercado argentino e hizo que el dólar alcanzara su máximo de los últimos meses. Aunque sería apresurado realizar un análisis del impacto a la fecha es de esperar que, dada la alianza estratégica e integración regional, Argentina se vea afectada por las turbulencias políticas en Brasil. Lo importante será seguir de cerca los procesos que podrían abrirse a fin de evitar o reducir los potenciales efectos.
[1] JBS es una de las empresas líderes de la industria de alimentos y cuenta con más de 230.000 colaboradores en el mundo. Presente en más de 20 países, tiene una diversa cartera de productos con decenas de marcas reconocidas. Se desempeña en actividades relacionadas con su negocio principal como cuero, biodiesel, colágeno, jabón, glicerina, envase para embutidos, y además realiza gestión de residuos, embalajes metálicos y transporte que apoyan sus actividades.
[2] La operación “Lava Jato” es una investigación sobre lavado de dinero y evasión impositiva que lleva a cabo la Policía Federal Brasileña.
[3] “La delación premiada: peligros y limitaciones” 06/03/2016, por Carlos Saiz Díaz – Expansión http://www.expansion.com/juridico/2016/03/06/56d9c38d268e3e3c768b45b2.html