En torno a la soja, la mayor preocupación del gobierno chino, surge por las existencias de dicha oleaginosa en sus reservas, las cuales no están siendo adquiridas por los procesadores chinos. A pocas semanas de que ingresen las nuevas cosechas, las autoridades encargadas de la administración de las reservas, sostienen que no tendrán espacio suficiente para almacenarlas, si no se desprenden primero de sus existencias. Frente a esta situación se plantean dos alternativas: a) mover las reservas existentes en Norte y Noreste a los depósitos en el Sur, pero con el inconveniente que es muy alto el coste del transporte; o, b) subvencionar a los procesadores de soja, de modo que ellos compren las reservas. Por otro lado, los procesadores sostienen que el precio actual por el que adquieren la soja china es muy alto. Debe tenerse en cuenta que el gobierno chino compró soja a altos valores para proteger a los cultivadores de soja. De esta manera, para poder deshacerse de la soja china, el gobierno estudia subsidiar a los procesadores, para evitar que estos compren soja importada. En todo caso, de concretarse, la medida seria efectiva sobre las empresas del norte de China, a fin de que estas compren la producción allí almacenada. De la información brindada por la Consejería Agrícola (SAGPyA), de la Embajada Argentina en China, se indicó que el otorgamiento de tal subsidio no ha recibido aún confirmaciones de fuentes oficiales al respecto.
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