Los cambios que se vienen sucediendo en las políticas agrícolas implementadas tanto por países desarrollados como en desarrollo, en un contexto de precios internacionales bajos, han devuelto a los subsidios a la producción al centro de la escena. Especialmente, preocupa el notorio aumento que han tenido las ayudas a los productores otorgadas por economías emergentes como China, India, Indonesia, Turquía y Tailandia.
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Según cálculos de la OCDE, el total del apoyo a la agricultura (TSE) en los países en desarrollo (PED) ya supera al otorgado en los países desarrollados (PD). Esto se debe al gran crecimiento de los subsidios a los productores agropecuarios (PSE) en China desde el año 2008, vía programas de precios sostén, compras públicas y pagos directos. Con un apoyo estimado en 327 mil millones de dólares en 2014, los subsidios agrícolas en el gigante asiático son ampliamente superiores a los otorgados por EE.UU. y la UE. No obstante, debe notarse que las ayudas en los PD continúan siendo muy elevadas, y en aumento en EE.UU. debido a que el descenso de los precios internacionales ha disparado los programas de seguros y sostenimiento de precios y renta. Es muy importante también el aumento de los programas de servicios generales (GSSE).
Ante esta situación, la negociadora jefe para asuntos agrícolas de EE.UU., Darci Vetter, señaló que está trabajando junto a entidades de commodities de su país para calcular el monto real otorgado por países como China e India a sus productores, y analizando posibles vías para cuestionar estos programas de ayuda ante la OMC. Denunció que los enormes subsidios a las producciones de arroz y trigo se encuentran violando la normativa internacional, y han llevado a India a convertirse en exportador de estos productos. Aunque China no es un gran exportador, Vetter notó que sus compras deberían ser mayores, de no existir estas ayudas. También criticó la manera en que este último país administra sus cuotas de importación, de 9,6 millones de toneladas en el caso del trigo, con permisos inferiores a lo comprometido.
Las asociaciones de productores trigueros aglutinados en la US Wheat Associates y la National Association of Wheat Growers pidieron a los negociadores norteamericanos que lleven a China al Órgano de Solución de Diferencias de la OMC. Bajo la lupa se encuentran el programa de sostenimiento de precios por medio del cual China compra trigo siempre que el precio doméstico se encuentre por debajo de un mínimo anunciado por el Gobierno cada año, así como otros mecanismos de pagos directos específicos.
Un primer estudio elaborado por la consultora DTB Associates encontró que China viola sus compromisos multilaterales otorgando subsidios a los productores de trigo por 15,4 mil millones de dólares, superiores al 8,5% del valor de su producción.
En un segundo trabajo, a cargo de Dermot Hayes, economista de la Universidad de Iowa, se subraya que los subsidios chinos a la producción de trigo deprimen el precio internacional del cultivo e impiden exportaciones estadounidenses a ese mercado. La remoción de la ayuda interna al trigo aumentaría las importaciones chinas en casi 10 millones de toneladas, las ventas de EE.UU. en 1,5 millones y el precio internacional un 2,8%.
Aunque la preocupación estadounidense es compartida por muchos otros países exportadores de alimentos, debe notarse que estos, con Argentina y Australia a la cabeza, destacan que también deben conseguirse disciplinas más estrictas para los cuantiosos subsidios otorgados por EE.UU. y otros países desarrollados a su producción agropecuaria, incluido el trigo. En un escenario de precios bajos, se espera que estas ayudas aumenten en los próximos años.

