Si bien el proceso de integración comercial entre dos o más países puede rastrearse hasta el siglo XVI con la formación de los bloques de comercio colonial (Buzo de la Peña, 2004), en los últimos años han irrumpido en el escenario internacional negociaciones comerciales de amplio alcance, que presentan importantes diferencias respecto de los acuerdos regionales tradicionales.
Entre las más importantes, pueden citarse las negociaciones para: un Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP); un Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) que reúne a 12 países de América Latina, América del Norte, Asia y Oceanía1; y una Asociación Económica Regional Integral (RCEP) entre los 10 países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN2), Australia, India, Nueva Zelanda, China, Japón y Corea del Sur.
En caso de que logren concretarse, todos estos procesos tendrán un profundo impacto sobre la arquitectura de las relaciones mundiales de comercio e inversión en las próximas décadas, lo que plantea la necesidad de comprender mejor la naturaleza de los mismos y de indagar sobre cuál es la mejor estrategia para Argentina frente a este contexto. El presente trabajo busca estimular este debate, recurriendo a diferentes enfoques y herramientas para analizar las implicancias del llamado mega-regionalismo para nuestro país.
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