n nuevo trabajo de autores del FMI y de la Universidad de Miami, (Papageorgiou y Parmenter, 2015) pone en duda los resultados de estudios anteriores que encontraban una relación en forma de “U” entre el crecimiento económico y la diversificación de las exportaciones.
El trabajo pionero de Imbs y Wacziarg (2003, AER) evaluaba en qué forma se incrementa la concentración entre sectores productivos a medida que avanza el PBI per cápita en los distintos países. Este sostenía evidencia que contradecía la predicción de muchas teorías de comercio y crecimiento, que en general predicen una relación monótona entre ingreso y diversificación de la producción entre sectores. Los autores, en cambio, observaron en datos históricos de empleo y de valor agregado una evolución en forma de “U”: una primera etapa del crecimiento estaría vinculada a un incremento de la diversificación sectorial, mientras que en una segunda etapa la actividad se volvería cada vez más especializada en los sectores en los que cada país tiene ventajas comparativas.
Posteriormente, Cadot, Carrère y Strauss-Kahn (2009), encontraron la misma relación en el patrón de exportaciones, pero analizando además lo que ocurre en los márgenes intensivos (mayor volumen en productos que ya se exportan) y extensivos (exportación de nuevos productos) en 156 países. Interesantemente, la primera etapa de crecimiento (diversificación) se observaría en el margen extensivo, aumentándose la variedad de productos exportados. Cobraría relevancia luego el margen intensivo, cuando la diversificación alcanza su máximo, y la posterior re-concentración estaría atada a un resurgimiento del margen extensivo, con el cierre de líneas arancelarias que ya no pertenecen a las de ventajas comparativas.
Una gran robusteza en los resultados tanto de Imbs y Wacziarg (2003, AER) como los de Cadot, Carrère y Strauss-Kahn (2009) y otros autores, habían llevado al fenómeno a ser considerado casi un hecho estilizado del crecimiento. Sin embargo, el nuevo trabajo de Papageorgiou y Parmenter encuentra que, bajo una especificación del modelo que considera efectos fijos para el tiempo, la forma de “U” ya no sería tan obvia. Este documento es aún muy reciente por lo que no fue sometido aún a la verificación de la comunidad académica, pero es posible concluir que el tema no está cerrado y se requiere más investigación, tanto desde lo empírico, como desde lo teórico.