La 49ª Cumbre del Mercosur se celebró en Asunción el pasado 21 de diciembre, y sirvió de marco para que Paraguay traspasara la presidencia pro tempore a Uruguay. Contó con la presencia del flamante presidente argentino, Mauricio Macri; así como de los mandatarios de Uruguay, Brasil, y Bolivia, este último país en proceso de adhesión al bloque (a la espera de la ratificación de los parlamentos de Paraguay y Brasil). Por el lado de los Estados asociados, asistió la mandataria de Chile, Michelle Bachelet.
En una reunión previa, los ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur coincidieron en la intención de “dar un vuelco” al bloque, de forma que regrese a su filosofía original de fortalecer el libre tránsito de bienes, servicios y mercancías. Se analizó la decisión aprobada en Brasil de revisar aquellas “medidas económicas que impliquen la imposición de barreras no arancelarias y arancelarias que retrasan la consecución de una zona de libre comercio”. En este sentido, el Grupo Mercado Común (GMC) del Mercosur anunció que el bloque acordará un plan de acción contra las trabas al comercio en la región, que se producen por unas 80 normas identificadas en los cinco Estados miembros.
Respecto del relacionamiento externo, los cancilleres analizaron el estado de situación de la negociación Mercosur-Unión Europea. El representante de Paraguay indicó que el Mercosur está preparado para llevar adelante un nuevo intercambio de ofertas arancelarias, siendo la UE quien tiene ahora la siguiente palabra. También remarcó que todos los Miembros estaban de acuerdo en avanzar hacia una agenda de relacionamiento más activa, que involucre negociaciones no sólo con la UE, sino también con otros países como Canadá, Japón, Rusia y China.
Por el lado argentino, dentro de las prioridades de política exterior, Mauricio Macri remarcó la necesidad de afianzar las buenas relaciones con América Latina y el mundo, priorizando en ese aspecto el plano regional, planteando además la necesidad de recuperar la dinámica del Mercosur, avanzar en los convenios con la Unión Europea y converger con la Alianza del Pacífico.
En esta senda se enmarcó el primer viaje oficial realizado por el nuevo presidente, que tuvo como destino a Brasil, al que calificó como “principal socio” de la Argentina. Allí concretó una reunión con la presidenta Dilma Rousseff en el Palacio de Planalto, Brasilia; un encuentro con la poderosa central empresaria de San Pablo (Fiesp); y un almuerzo con empresarios paulistas. Luego de la reunión con Rousseff, realizó una conferencia de prensa en la que señaló el compromiso de “mejorar los vínculos comerciales e ir planificando metas de integración más audaces”, y sugirió que una relación económica más ambiciosa les permitirá superar los “procesos de recesión económica” actuales.
El segundo destino fue Chile, donde tuvo una reunión con la presidenta Michelle Bachelet en el Palacio de la Moneda, Santiago, y una cena con empresarios y funcionarios chilenos. Allí reiteró la importancia que tendrá la región en términos económicos, al indicar que se iba a apostar a mejorar las relaciones entre los países y avanzar hacia el desarrollo articulado de las economías. Para tal fin reforzó la idea de ir convergiendo hacia la Alianza del Pacífico, utilizando la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración). En el mismo sentido se expresó el mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, que se encontraba también en Chile. Debe recordarse que la Alianza del Pacífico, es una iniciativa de integración regional conformada por Chile, Colombia, México y Perú, oficialmente creada en 2011.
Está previsto que en el próximo semestre se celebre una reunión entre Mercosur y el bloque del Pacífico, para acercar posturas de cara a posibles acuerdos económicos.
Desde Brasil se mira con mucho optimismo al nuevo gobierno argentino, subrayando que este cambio podría favorecer al cierre de la negociación con la UE. Diversos analistas señalan que a pesar de la presión del sector agrícola brasileño para acelerar las negociaciones, Argentina se había mostrado con una postura más proteccionista en el pasado, lo que bloqueaba la negociación.
Si bien puede ser cierta la reticencia argentina a firmar un tratado de este tipo, también debe destacarse que la postura de Brasil respecto de la negociación ha variado con el correr del tiempo, siendo recién en los últimos años más proclive a lograr un acuerdo. Resta evaluar de qué forma puede impactar la actual situación política brasilera, donde se estudia la posibilidad de abrir un juicio político con fines de destitución contra la presidenta Rousseff, en la posición respecto de la negociación.
El intercambio de propuestas estaba previsto para el último trimestre del año, pero nunca llegó a materializarse. Desde Brasil endilgan la demora al proceso eleccionario argentino, aunque en la UE sostienen que se debe a la falta de ambición de la propuesta del bloque sudamericano.
Precisamente, en la UE hay voces encontradas. Por un lado, se destaca la presión por parte de un grupo de eurodiputados de España y Portugal que ha exigido a la Comisión Europea (CE) y al Consejo que «impulsen la recuperación de las negociaciones» del Acuerdo de Asociación entre el Mercosur y la UE. En dos cartas enviadas a la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, y al ministro de Asuntos Exteriores y Asuntos Europeos luxemburgués, Jean Asselborn, han remarcado la importancia política y económica del acuerdo.
En el contexto de las negociaciones para un Acuerdo Transatlántico entre la UE y Estados Unidos (TTIP), los eurodiputados consideran que «alcanzar un acuerdo con Mercosur sería ahora más útil y positivo para Europa».
Por su parte, el secretario de Comercio español, Jaime García-Legaz, dijo en Bruselas, tras una reunión del Consejo de Ministros, que en el bloque comunitario hay una mayoría «amplísima» de Miembros proclives al acuerdo, pero que Francia se opone debido a la «falta de ambición» del Mercosur. Para los europeos, ese nivel de ambición se traduciría en una «apertura comercial» en torno al 90%, que sería ajustado en detalles en las negociaciones. Según indican, en la actualidad el alcance de la oferta del Mercosur es el 87% del total de las líneas tarifarias y la CE anunció que lo ideal sería que esa oferta llegara al 89%.

