Luego de la visita oficial a Rusia en octubre, según informó el Ministerio de Agroindustria de la Nación, el 1ro de noviembre el titular del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimenaria (SENASA), Jorge Dillon, y su par ruso, Sergey Dankvert, firmaron un Protocolo mediante el cual se acordaron las condiciones para la exportación de harina y pellets de soja transgénico argentino a Rusia y a otros países de la Unión Económica Euroasiática (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán).
Dichos envíos según explican habían sido suspendidos por discrepancias en la certificación de eventos genéticamente modificados. El mencionado instrumento indica la forma en que el SENASA certificará los embarques y los registros que deben efectuar los exportadores.
Cabe resaltar, que Argentina exporta al mundo un volumen que supera las 24 millones de toneladas anuales de harina y pellets de soja, en promedio para los años 2011-2015 (INDEC). Entre los principales destinos de las exportaciones argentinas de harina y pellets de soja se destacan: la UE, con una participación del 35% sobre el total de ventas, seguida por Indonesia (9,5%) y Vietnam (8%).
Rusia se encuentra en el puesto número 42 como destino de dichas exportaciones, comprando alrededor de 115 mil toneladas anuales en promedio para el período mencionado, lo que representa menos del 0,5% del total de las ventas argentinas.
Por otro lado, es importante mencionar que las estadísticas nacionales estarían subestimando los envíos reales a ese destino, según lo informado por Agroindustria, dado que gran parte de los embarques se triangulan a través de los puertos europeos. En cualquier caso, la consecución del Protocolo podría significar un incremento en la participación de Rusia en el total de las ventas argentinas de ese producto.
A pesar del potencial del mercado ruso, existe al interno del país un fuerte lobby para producir mayor cantidad de oleaginosas, lo cual dificultaría el ingreso de derivados provenientes de países como Argentina. Asimismo, resta conocerse la operatoria efectiva de lo establecido en el Protocolo, dado que los alimentos, incluyendo pellets de soja, que contengan componentes genéticamente modificados van a quedar sujetos al registro obligatorio de acuerdo con la legislación de Rusia.
Por último, vale señalar que se está negociando la apertura del mercado ruso de los siguientes productos: semen y embriones bovinos, bovinos en pie para reproducción, harina de carne, hueso y sangre, abejas reinas.