La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) dio a conocer su nuevo informe “Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 2009-2010, crisis originada en el centro y recuperación impulsada por las economías emergentes”. En el mismo se hace un análisis de la coyuntura económica internacional posterior a la crisis; se pasa revista a la evolución del comercio regional durante y después de la crisis, con una perspectiva tanto de largo plazo como coyuntural, y a las políticas que los gobiernos de la región han aplicado; y se examinan los avances recientes en materia comercial en los principales sistemas latinoamericanos de integración subregional. El documento muestra que América Latina y el Caribe ha experimentado una recuperación del producto y el comercio más rápida que la anticipada. Esta reactivación se basa en el dinamismo de la demanda interna, en una aceleración de la inversión y en un comportamiento robusto de las exportaciones, impulsadas por la demanda de China y el resto de Asia. El mejor desempeño en la región corresponde a los países exportadores de materias primas. Para los países del Mercosur se prevé un incremento de las exportaciones del 23,4% en 2010. No obstante, señala que la marcada heterogeneidad en los ritmos de crecimiento mundiales, que son elevados en las economías emergentes y reducidos en las industrializadas, conspira contra una recuperación más sostenible. Según la CEPAL, la crisis económica ha acentuado el papel de las economías emergentes, no solo en la producción y el comercio mundial, sino también en las finanzas internacionales y la gobernanza mundial. Las proyecciones de largo plazo indican que los países actualmente en desarrollo representarían probablemente el 60% del PBI mundial en 2030. Los polos de crecimiento se desplazarían hacia los países en desarrollo de Asia y los países emergentes en general, lo que acentúa la importancia del comercio Sur-Sur. Respecto al balance preliminar sobre el desempeño exportador en la reciente década, se concluye que el crecimiento de las exportaciones de la región fue menor al del mundo y al de otras regiones en desarrollo como Asia, África, y Oriente Medio, tanto en valor como en volumen. De esta manera, el esfuerzo exportador de América Latina y el Caribe resulta insuficiente y la región sigue perdiendo presencia relativa en el comercio mundial. También se señala que durante la década pasada las exportaciones de recursos naturales fueron las más dinámicas de la región, especialmente en América del Sur. Este patrón favoreció el retorno del protagonismo de las materias primas en la estructura exportadora regional. Las materias primas, después de haber reducido su participación de niveles cercanos al 52% de las exportaciones totales a inicios de los años ochenta y de haber alcanzado una participación mínima (26,7%) a fines de los años noventa, aumentaron su peso relativo durante la década pasada, hasta llegar a casi el 40% del total en el último bienio (2008-2009). Este aumento de las materias primas se ha producido a expensas de las exportaciones de manufacturas con contenido tecnológico medio, alto y bajo. De esta manera, el informe manifiesta que la región no ha conseguido avances significativos en la calidad de su inserción comercial internacional. Particularmente, los países de América del Sur han exhibido un mayor dinamismo exportador a nivel agregado que, sin embargo, está muy ligado a factores exógenos como el renovado impulso de la demanda internacional de materias primas y el consiguiente aumento de sus precios. A su vez, la expansión de los sectores asociados a los recursos naturales no ha contribuido suficientemente a la creación de nuevas capacidades tecnológicas en la región. Por otro lado, señala que la relación comercial entre la región y Asia ofrece tanto oportunidades como desafíos. Entre estos últimos es importante evitar que el creciente comercio entre ambas regiones reproduzca y refuerce un patrón de comercio de tipo centro-periferia en que Asia (y China en particular) aparecería como un nuevo centro y los países de la región como la nueva periferia. No obstante, la CEPAL cree que las actividades productivas y comerciales ligadas a las ventajas comparativas de mayor intensidad en recursos naturales no constituyen necesariamente una traba para una inserción internacional de mejor calidad y pueden complementar las estrategias de desarrollo de los países de la región. La hipersegmentación de los mercados globales y la aceleración de los desarrollos tecnológicos ofrecen variadas posibilidades para que las materias primas que se exportan dejen de ser productos básicos, gracias a una mayor diferenciación e incorporación de valor agregado y conocimiento. Por último, la mejora en la calidad de los vínculos comerciales, particularmente con China, la diversificación de la matriz exportadora, una apuesta más contundente en competitividad e innovación y un mayor esfuerzo de cooperación regional en ámbitos de infraestructura, logística y convergencias normativas y de políticas, son desafíos que permitirán a América Latina y el Caribe mejorar su inserción en la economía global.
Leer en pdf »

