El presente informe, resultante de un esfuerzo conjunto del Instituto de Estrategia Internacional (IEI) de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) y de la Fundación INAI, busca brindar información acerca de la situación actual del comercio mundial y argentino para el sector agroalimentario, a través del análisis de una serie de indicadores de participación y comercio, relacionamiento comercial, complementariedad y competitividad, que permitirán identificar el potencial argentino.
Se propuso un diagnóstico de la situación que enfrentó la Argentina en los últimos 20 años y cómo fue su inserción en el comercio internacional cambiante, a fin de evaluar posibles estrategias de inserción a futuro. En un contexto de demanda creciente de alimentos principalmente impulsada por Asia y África, se estima se sostendrá el crecimiento de las exportaciones agroindustriales aunque a un ritmo menor al experimentado en las últimas décadas.
El sector agroindustrial tiene un rol clave a nivel internacional: el desafío de proveer alimentos para personas y animales, fibras y combustibles, para una población cercana a los 10 mil millones de habitantes en 2050, siempre de una manera lo más sustentable posible. En Argentina, en particular, tiene una relevancia sustancial, no sólo por su potencial contribución a la seguridad alimentaria global sino por el aporte a la economía y empleo del país. Es responsable del 7,5% del Producto Bruto Interno (PBI) y de alrededor de 750 mil puestos de trabajo registrado, correspondientes a cerca de 80 mil empresas. Estas cifras incluso subestiman la participación total de la agroindustria dado que no contemplan el aporte sobre el total de la cadena de valor.
En términos de comercio internacional, mientras la agroindustria representa menos del 10% de los intercambios mundiales, para Argentina constituye el 60% de sus ventas externas. En los últimos años la reconfiguración de la escena internacional se plasmó en el comercio de mercancías a través del incremento de la participación (tanto en exportaciones como en importaciones) de países en desarrollo impulsados por los emergentes (BRICS), en detrimento de países desarrollados como EE.UU., la Unión Europea (UE) y Japón; advirtiéndose incluso cierta diversificación de vendedores y compradores globales.
Aunque EE.UU. y la UE han reducido su participación sobre el total, mantienen el liderazgo internacional como demandantes y oferentes de bienes agroindustriales. Por su parte, China e India incrementaron sustancialmente su participación como compradores de este tipo de bienes. Brasil mejoró su posicionamiento como exportador mientras que Argentina se ha mantenido en el puesto 11 durante los últimos 20 años, abasteciendo alrededor del 3% de la demanda global.
Estos cambios en el contexto internacional también tuvieron su correlato a nivel local. Argentina pasó de exportar principalmente a Brasil, EE.UU. y la UE (socios tradicionales) en la década del 1990, a vender a países asiáticos, principalmente China, pero también India y Vietnam que han cobrado mayor relevancia en los últimos años, y algunos africanos como Egipto y Argelia entre los primeros puestos. Por otro lado, a los competidores agrícolas históricos (EE.UU., UE, Brasil, Canadá, Australia, Nueva Zelanda), en los últimos años se sumaron nuevos actores del sudeste asiático como Indonesia, India, Tailandia y Malasia.
Actualmente las ventas agroindustriales argentinas están moderadamente concentradas en términos de productos y altamente diversificadas en cuanto a destinos de exportación. En particular, el complejo sojero (poroto, aceite, harina de soja y biodiesel) representa el 50% de las exportaciones agroindustriales del país. A lo largo de las dos décadas analizadas el país mostró una tendencia creciente en concentración de productos, y decreciente en destinos, es decir, que tendió a diversificar sus socios comerciales en los últimos años. El país (al igual que Brasil) ha experimentado un incremento en el nivel de concentración de productos agroindustriales exportados, en contraste con el resto de los competidores que mantuvieron o incluso diversificaron sus ventas.
Por otro lado, ha crecido significativamente el nivel de comercio bilateral con sus principales socios en los últimos años respecto de hace dos décadas. No obstante, la participación de cada uno sobre el total se ha reducido y existe menor coincidencia entre las exportaciones totales de Argentina y las importaciones de sus socios (menor complementariedad comercial). La menor participación es consistente con el hecho de que Argentina en los últimos años tendió a diversificar los destinos de exportación. La menor complementariedad bilateral, sin embargo, puede implicar mayor vulnerabilidad, en especial teniendo en cuenta la mayor concentración de las exportaciones en pocos productos.
En términos de competitividad, si bien un tercio de los productos agroindustriales exportados por Argentina presentan ventajas comparativas (en valor de exportaciones significan el 96% del total agroindustrial), existe al menos un competidor que también posee Ventajas Comparativas Reveladas (VCR) en sus exportaciones. Esto significa que pese al potencial de las exportaciones argentinas, el país puede enfrentarse a la pérdida de mercados ya sea porque se desplace a Argentina como proveedor en terceros mercados o que se impida el ingreso del producto argentino a los países competidores a través de algún tipo de barrera comercial.
Argentina tiene que competir con proveedores que también presentan ventajas, y para ello deberá ganar competitividad vía precios o calidad. En el primer caso, esto podría efectuarse a través de la negociación de preferencias arancelarias (reducción de aranceles a la importación) en el marco de acuerdos comerciales. En el segundo, tendría que buscar la forma de diferenciar el producto argentino en el exterior o encontrar algún nicho de mercado. Aunque estar a la altura de los mercados más exigentes implica también costos adicionales para el país. Ello, en un contexto de incertidumbre global parece más complejo de lograr, por lo que se debe hacer el máximo esfuerzo para que la coyuntura no opaque a los objetivos de largo plazo.
El indicador de VCR pese a que es útil para evaluar el potencial de exportación y puede aportar información acerca de perspectivas comerciales con nuevos socios, no alcanza para determinar la competitividad internacional de Argentina dado que existen otros factores que afectan la capacidad de desarrollo del país y determinan su nivel de competitividad. El país se enfrenta no sólo a retos importantes en materia de infraestructura, logística, almacenamiento y tecnología, sino también a la incertidumbre del entorno político, social, cultural y económico local (e internacional) que afectan directamente las decisiones de producción y comercialización agrícolas.
Entonces, el desafío que se presenta es cómo traducir las ventajas comparativas existentes en efectivas oportunidades comerciales. Según se examinó, los socios comerciales que presentan mayor potencial de complementariedad comercial para las exportaciones agroindustriales son Brasil, Egipto y Méxicoen los últimos años. Estos países forman parte del grupo de países con que Argentina mantiene algún tipo de acuerdo comercial y han tenido un rol significativo en el último tiempo, ya que a pesar de representar menos del 10% del PBI global, este conjunto constituye un tercio de los intercambios totales del país, generando superávit comercial.
Asimismo, se trata de los países que presentan mayor intensidad en el comercio bilateral, tanto para el total de los intercambios como para el sector agroindustrial. Sobresalen los socios del Mercosur y Chile, que pese a haber reducido la intensidad comercial en los últimos 20 años, se destacan por su comercio bilateral y la mayor diversificación de los intercambios con Argentina.
Por su parte, Egipto, India, Vietnam y China, han venido incrementando la intensidad en los últimos años, aunque presentan alta concentración para las exportaciones agroindustriales argentinas. Esto representa un riesgo latente ya que genera mayor vulnerabilidad ante cualquier shock que pueda presentarse por cambios bruscos de precios de los commodities, imposición de medidas que afecten el comercio, barreras arancelarias y no arancelarias u otros. Estas restricciones implican la necesidad de redireccionar los flujos hacia otros países y/o productos, generando incertidumbre en los mercados y dejando en una situación de fragilidad a los productores y exportadores argentinos que no necesariamente pueden reaccionar rápidamente.
Analizando a nivel de productos, aunque predomina el comercio entre industrias, se aprecia comercio de doble vía (dentro de un mismo sector o industria) con Mercosur, Chile, México, EE.UU. y la UE. Entre los principales productos del comercio intra-industrial se encuentran los automóviles y autopartes, aceites de petróleo y gas, insecticidas, fungicidas o herbicidas, y en el sector agroalimentario, priman chocolates, preparaciones alimenticias, preparaciones para alimentación animal, aceite de soja, artículos de confitería, entre otros.
Según los resultados de la presente investigación, en Argentina los socios con acuerdos comerciales son aquellos que presentan mayor intensidad comercial, mayor diversificación de los flujos, mayor potencial de complementariedad y asimismo, mayor proporción de comercio intra-industrial. Si bien se destacan los socios regionales cercanos geográficamente, también presentan oportunidades socios del sudeste asiático y África. Esta evidencia puede resultar interesante a la hora de evaluar estrategias de inserción a futuro. Mantener vínculos confiables y profundizarlos a través de algún tipo de acuerdo comercial, generando un marco regulatorio predecible y sostenible, puede ser una opción para garantizar el acceso a mercados de interés.
Cabe destacar, la necesidad de contar con este tipo de marcos jurídicos e institucionales adecuados, tanto a nivel local como multilateral, para mejorar la inserción de la agroindustria argentina. El rol del sistema multilateral en la organización y definición de reglas de juego en el comercio internacional es clave para generar confianza en los mercados y emparejar el terreno de juego. La proliferación de medidas proteccionistas (guerra comercial) y el planteo de reforma de la OMC muestran una vez más los cambios que se están produciendo en la escena internacional, de lo que Argentina no puede permanecer ajena. Participar activamente de las instancias de negociación será fundamental para poner sobre la mesa aquellas cuestiones de interés para el país que generan distorsiones en los mercados internacionales, como por ejemplo los subsidios a la producción agrícola.
Esta investigación intentó aportar datos a la discusión de una estrategia nacional de inserción del sector agroindustrial a través del análisis e identificación de los patrones en los últimos años y algunas alternativas de acción según el potencial de complementariedad y comercio bilateral. En este sentido, para que el potencial observado se convierta efectivamente en realidad, Argentina tendrá que definir estrategias concretas de inserción que garanticen el acceso de los productos argentinos a esos mercados y ello deberá desarrollarse conjuntamente a través del trabajo y coordinación público-privado.
Descargar informe completo Importancia del Sector Agroindustrial en Argentina.