La OMC pone el acento en las barreras no arancelarias. En el Informe sobre el Comercio Mundial 2012 de la OMC, publicado a mediados de julio, se reconoce que las medidas no arancelarias (MNA) pueden tener una significativa repercusión en el comercio, tal vez incluso mayor que los aranceles. El documento examina las razones por las que los gobiernos recurren a este tipo de medidas. Para la OMC, las mismas pueden responder a objetivos legítimos de política pública, como la protección de la salud de los consumidores, pero también se pueden utilizar con fines proteccionistas. El informe, muestra el modo en que la expansión de las cadenas de producción mundiales y la importancia creciente de las preocupaciones de los consumidores en los países más ricos influyen en la utilización de medidas no arancelarias. Revela asimismo que esas medidas son las que más preocupan a los exportadores. El reporte se centra en los obstáculos técnicos al comercio (OTC) relacionados con las normas aplicables a las manufacturas, las medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF) que atañen a la inocuidad de los alimentos y la sanidad animal y vegetal, y la reglamentación nacional en la esfera de los servicios. El director general de la organización, Pascal Lamy, destacó que es oportuno que la OMC examine más detenidamente estas medidas, dado que “ha surgido una tendencia clara según la cual las MNA se destinan menos a proteger a los productores frente a la competencia de las importaciones y más a lograr una amplia gama de objetivos de política pública”. Agregó que la dificultad consiste en gestionar esos objetivos sin permitir que se entorpezca innecesariamente el comercio. No obstante, se resalta que las políticas públicas, aunque no sean necesariamente en sí mismas un factor de distorsión o restricción del comercio, pueden diseñarse de forma que causen deliberadamente un efecto proteccionista además de cumplir un objetivo legítimo. Esas medidas tienen un “doble propósito”, y esa relación entre la política pública y el proteccionismo plantea un importante desafío para la OMC. Además, incluso cuando no tengan intenciones proteccionistas, las políticas nacionales que generan discrepancias en la reglamentación pueden aumentar considerablemente los costos comerciales. Los datos de la OMC muestran una utilización creciente de medidas OTC/MSF desde mediados de la década de los noventa. Esta tendencia se refleja en un aumento del número de preocupaciones comerciales específicas planteadas por los Miembros en los Comités respectivos. El 94% de las preocupaciones comerciales específicas relativas a MSF y el 29% de las relativas a OTC afectan al sector agrícola. Asimismo, los datos procedentes de las encuestas empresariales realizadas por el Centro de Comercio Internacional (ITC) indican que las medidas OTC/MSF son las más gravosas para los exportadores de los países en desarrollo. El informe concluye que la proliferación de las medidas no arancelarias representa un desafío para el sistema multilateral de comercio. Lograr un equilibrio entre fomentar el libre comercio y obtener objetivos de política pública requiere un mejor entendimiento de este tipo de medidas. La OMC, con sus múltiples mecanismos de transparencia, puede desempeñar un papel fundamental. Finalmente, se indica que durante 2011 el comercio mundial de mercancías creció un 5% en volumen y la producción mundial un 2,4%. Ambas cifras revelan una desaceleración importante respecto a 2010, año en el que el comercio mundial había crecido un 13,8% y la producción mundial un 3,8%.
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OMC – INFORME SOBRE EL COMERCIO MUNDIAL
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