Tras varios meses de negociaciones y anuncios cruzados, el 15 de enero de 2020 Estados Unidos y China firmaron un Acuerdo Comercial de Fase Uno, el cual pone de manifiesto la voluntad de ambos de reducir la escalada del conflicto. A continuación se presentan algunos de los ejes del mismo, con foco en el sector agroindustrial.
Ejes del Acuerdo
- EE.UU. incrementaría sus exportaciones a China en 200 mil millones de dólares en dos años, por encima del monto de referencia (2017).
- China se compromete a comprar no menos de USD 12.5 mil millones adicionales en productos agrícolas estadounidenses en 2020, y de USD 19.5 mil millones en 2021.
- No se advierten nuevas reducciones de los derechos adicionales aplicados. Por lo tanto, se mantiene un escenario de aranceles altos para ambos.
- El acuerdo aborda 8 capítulos relativos a propiedad intelectual, transferencia de tecnología, agricultura, servicios financieros, moneda, expansión comercial, resolución de disputas y disposiciones finales.
- En el capítulo agrícola se abordan las barreras al comercio bilateral existentes, comprometiéndose a incrementar la cooperación a fin de expandir el comercio de alimentos y productos agrícolas y no aplicar medidas sanitarias o fitosanitarias (u otras) de manera que constituyan una restricción encubierta al comercio.
- En términos generales, podría caracterizarse al Acuerdo Fase Uno como un “acuerdo de principios”, con compromisos globales ambiciosos de complejo seguimiento. Aunque no resuelve la disputa entre ambos países, es una buena señal para los mercados, al finalizar la escalada proteccionista y brindar un marco a las futuras negociaciones, reduciendo la incertidumbre.
- No obstante, constituye un nuevo golpe para el sistema multilateral de comercio ya que tanto las distintas medidas adoptadas en el auge del conflicto, como ahora su posible desmantelamiento, se llevaron adelante por fuera del ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
- Si los montos comprometidos en el acuerdo son alcanzados, es probable que sea a costa de desvío de comercio desde otros proveedores agrícolas, que perderían participación en el mercado chino. Argentina, que tiene a China entre sus principales destinos de exportación, deberá monitorear con detalle la implementación de este y futuros acuerdos, analizando acciones a seguir en caso de una violación a sus derechos como Miembro de la OMC.
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