Desde la OMC avizoran un crecimiento del comercio internacional para 2018, aunque argumentan que su fortaleza y magnitud dependerán del crecimiento económico mundial y de la aplicación de políticas monetarias, fiscales y comerciales adecuadas.
En contraposición al aumento de tensiones comerciales entre las principales potencias mundiales, el 12 de abril desde la OMC emitieron un comunicado de prensa con perspectivas favorables para el comercio internacional el presente año.
Proyectan una expansión del volumen del comercio de mercancías[1] para 2018 del 4,4% (algo inferior al 4,7% de 2017) y del 4,0% para 2019, con un crecimiento del PBI del 3,2% y 3,1%, respectivamente. No obstante, dado el actual contexto es probable que esas proyecciones se revisen a la baja.
Se prevé un mayor crecimiento en las economías en desarrollo que las desarrolladas. Cabe recordar que en el 2017 el crecimiento del volumen del comercio había sido impulsado principalmente por un aumento de inversiones y de consumo, y promovido por una mayor demanda de importaciones especialmente en Asia.
Fueron cautos al indicar que el incremento comercial esperado podría verse afectado negativamente por la implementación de “políticas comerciales restrictivas, en particular si se inicia un proceso de medidas y contramedidas que podría llevar a una escalada incontrolable”, socavando el crecimiento económico y la confianza. En este sentido, indicaron que el crecimiento del comercio podría ubicarse en un amplio intervalo que va del 3,1% al 5,5%.
El Director General de la OMC, Roberto Azevêdo, se manifestó en contra del surgimiento de medidas proteccionistas e instó a los Gobiernos a que actúen con moderación y resuelvan sus diferencias mediante el diálogo y un serio compromiso. «Lo último que necesita la economía mundial es un ciclo de retorsiones. La mejor manera de abordar los acuciantes problemas comerciales con que se enfrentan los Miembros de la OMC es mediante una acción colectiva», señaló.
Entre los riesgos que podrían afectar negativamente las previsiones el organismo menciona los siguientes: un mayor recurso a medidas restrictivas que incorpore más incertidumbre en los mercados, un incremento de la volatilidad financiera por endurecimiento de la política monetaria que podría provocar fluctuaciones de los tipos de cambio y los flujos de capital afectando el comercio, un incremento de tensiones comerciales y geopolíticas.
Por otra parte, aluden a otros factores estructurales que han afectado negativamente al comercio en los últimos años, como el hecho de que la economía china se haya reequilibrado y dejado de centrarse en inversión para basarse en consumo (conllevando una menor importación), y la desaceleración del ritmo de liberalización comercial en las últimas décadas.
En definitiva, la OMC plantea la gran incertidumbre existente hoy en el comercio internacional y la necesidad de evitar la escalada incontrolable de medidas proteccionistas y otras que afectan negativamente al comercio global y que perjudican a todos los miembros.
[1] Medido por el promedio de las exportaciones y las importaciones.