El pasado 8 de marzo el Parlamento Europeo (PE) aprobó un informe en el que exige a la Comisión Europea (CE) que deje de hacer concesiones que puedan repercutir negativamente sobre la agricultura comunitaria al negociar acuerdos comerciales internacionales. El texto, presentado por el diputado griego Georgios Papastamkos, insta al ejecutivo de la UE a dejar de “subordinar los intereses agrícolas a los de los sectores industrial y de servicios en las negociaciones”. Considera que no se debe abrir más el mercado comunitario a las importaciones de productos agrícolas sin garantizar una compensación a los agricultores de la UE por sus pérdidas. Para el PE, los acuerdos comerciales con terceros países deben salvaguardar los sectores de la UE que se encuentran en crisis, en particular los de frutas y hortalizas, ganadería y cereales, en los que la renta ha caído sustancialmente; y, al mismo tiempo, ofrecerles oportunidades de exportación auténticas. Particularmente, se destaca que la política comercial exterior de la UE no debe poner en peligro la capacidad del bloque para mantener un sector agrícola fuerte y garantizar la seguridad alimentaria. Por tanto, la CE debe realizar evaluaciones de impacto y darlas a conocer antes del inicio de las negociaciones. Asimismo, el PE insiste en que los métodos de producción para las exportaciones hacia la UE deben ofrecer a los consumidores europeos las mismas garantías en términos de sanidad, seguridad alimentaria, bienestar animal, desarrollo sostenible y normas sociales mínimas, que las que se exigen a los productores de la UE; subrayando que esta es la única manera de asegurar que los agricultores europeos puedan competir en igualdad de condiciones con terceros países. En este sentido, pide a la CE que en sus acuerdos introduzca cláusulas que obliguen al cumplimiento de estas normas, y que intensifique los controles en las fronteras. Respecto del ámbito multilateral, el PE subraya que la UE, a diferencia de socios como EE.UU., ya ha reducido drásticamente las ayudas internas que distorsionan el comercio y ha disminuido de manera considerable y unilateral sus restituciones a las exportaciones. También expresa que la UE ha realizado una oferta generosa en relación a la agricultura en la OMC, no susceptible de incremento, cuyo nivel de ambición no ha sido igualado por los demás Miembros desarrollados. En relación, pide a la CE que respete estrictamente el mandato de negociación que ha recibido del Consejo, que fija la reforma mas reciente de la PAC como límite de su acción. Por otro lado, hace hincapié en el papel de los intereses no comerciales en la Ronda, considerando que en las negociaciones agrícolas debe equilibrarse la dimensión económica con valores no económicos como los sociales y medioambientales. Específicamente, la resolución señala que las concesiones de la UE en materia de aranceles se deben evaluar teniendo en cuenta la oferta de la UE en los demás pilares, y estar supeditada a la posibilidad de mantener la cláusula de salvaguardia especial, una excepción específica de las disciplinas sobre simplificación arancelaria y una flexibilidad adecuada en la designación de productos sensibles. Sobre los acuerdos regionales, los eurodiputados opinan que deben estar supeditados a la conclusión de las negociaciones multilaterales. En este marco, la Eurocámara considera inaceptable que la Comisión haya reanudado las negociaciones con el MERCOSUR sin llevar a cabo el necesario debate político con el Consejo y el propio Parlamento, y exige al ejecutivo europeo que no concluya las negociaciones con el bloque sudamericano hasta que llegue a su fin la Ronda Doha. A su vez, pide que se realice una evaluación pormenorizada del impacto que tendría este pacto sobre el sector agrícola europeo; y observa que los productores del MERCOSUR tienen costos de producción mucho más bajos, y no están sujetos al cumplimiento de los mismos estándares de producción que los europeos. Además, el PE opina que un acuerdo con el MERCOSUR no produciría un valor añadido real, porque el nivel de integración entre los países sudamericanos no es suficiente para garantizar una circulación adecuada de productos importados dentro de la región. Especialmente, los parlamentarios notan con preocupación que el déficit del comercio agrícola de la UE alcanzó un nivel record de 7 mil millones de euros en 2008 y el déficit comercial de la UE con el MERCOSUR se ha más que duplicado desde el año 2000. Mientras las importaciones por parte de la UE de productos agrícolas procedentes del MERCOSUR representan actualmente unos 19 mil millones de euros, las exportaciones de estos productos alcanzaron los mil millones de euros. Por último, el Parlamento critica duramente la “política que está aplicando Argentina, que viola las obligaciones de la OMC, para limitar las importaciones de productos alimentarios que compiten con su producción nacional”. Señala que “esas medidas se añaden al sistema de licencias de exportación no automáticas”, y pide a la CE que “tome las iniciativas necesarias para garantizar que estas medidas, que son contrarias a la idea de negociar un acuerdo entre la UE y el MERCOSUR, se suspendan realmente”. Los Estados Partes del MERCOSUR deben tomar en cuenta esta resolución, dado que, luego del Tratado de Lisboa, se necesita el dictamen positivo del Parlamento para la celebración de acuerdos comerciales negociados por la Comisión. De esta manera, el Parlamento jugará un papel clave en la aprobación de un posible acuerdo entre ambos bloques. Pero, además, los países sudamericanos deberán estar atentos a las acciones que pueda emprender la UE tendientes a exigir el cumplimiento de las normas de producción vigentes en su territorio (las denominadas “condicionalidades”) a sus importaciones de terceros países. Acciones de este tipo podrían resultar en serias trabas al comercio bilateral. Leer en pdf »
UE – AGRICULTURA Y COMERCIO INTERNACIONAL
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