Durban y van… los días 28 de noviembre y 10 de diciembre se llevó a cabo la 17ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP17), que reunió a unos 190 países en Durban, Sudáfrica. Si bien se alcanzaron acuerdos en varios puntos, no se lograron compromisos importantes de reducción de emisiones contaminantes de los países industrializados En cuanto al Protocolo de Kioto, único instrumento legalmente vinculante que obliga a los países desarrollados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y que expira el 31 de diciembre del 2012, se logró su ampliación por un nuevo periodo desde 2013. Si bien algunos consideran que esto implica un gran avance, los grupos ambientalistas están cuestionando el valor de una segunda versión de Kioto. Estados Unidos sigue quedándose fuera del mismo y lo acompañan Rusia, Canadá y Japón, que ya avisaron que no formarán parte del segundo periodo de compromisos de Kioto. Asimismo, se critica la ambigüedad del mismo, ya que no queda del todo claro si el Protocolo se extenderá a 2017 o 2020, dejando la decisión final en manos de la COP 18, a realizarse en Doha (Qatar). De esta manera, en el segundo periodo, Kioto solo controlará el 15% de las emisiones, principalmente por el compromiso de la UE. El resto de países se mantendrá con los compromisos voluntarios del año pasado en Cancún, que según la ONU no alcanzan para estabilizar el calentamiento de la Tierra. También se le dio impulso al Fondo Verde del Clima para la adaptación y mitigación del cambio climático en los países más vulnerables. Por el mismo se pretende reunir unos100.000 millones de dólares anuales que estarán disponibles desde el 2020, y que serán aportados por los países desarrollados, para ayudar a economías en desarrollo a financiar acciones para reducir sus emisiones y combatir las consecuencias del cambio climático. En este sentido se aprobó el instrumento de gobierno, que establecerá una junta de 24 miembros, compuesta por un número idéntico de países desarrollados y países en desarrollo. Por otro lado, se dispuso que el Banco Mundial (BM) será el administrador provisional del Fondo durante los tres primeros años una vez que sea operativo. En cuanto a los aportes, EE.UU., Reino Unido y Japón presionaron para que las corporaciones transnacionales y financieras accedan directamente al Fondo Verde para el Clima. Finalmente se conformó la llamada Plataforma de Durban para negociar y firmar un pacto lo antes posible, a más tardar en el 2015, para combatir el cambio climático (entraría en vigor en el 2020). Dicha Plataforma fue impulsada por la Unión Europea y básicamente estipula una nueva línea de negociación para un futuro nuevo acuerdo contra el cambio climático. Ese nuevo tratado incluiría reducciones de emisiones contaminantes, pero no necesariamente obligatorias, y abarcaría también a las economías emergentes. Otros temas comerciales como la agricultura y los combustibles búnker (combustibles utilizados en el transporte marítimo y la aviación) no pudieron lograr ningún avance significativo en Durban. En cuanto a Argentina, en el marco del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA2), se comenzarán a medir las emisiones de dióxido de carbono para conocer cuál es la situación de nuestro país en ese tema, con el objetivo de desarrollar una agricultura de precisión. En la actualidad se utilizan los valores que publica el IPCC (Panel Internacional de Cambio Climático), los que según el vice ministro de Agricultura, Lorenzo Basso, no reflejan la situación argentina, puesto que “son [cálculos] globales aproximados y no toman la realidad de cada uno de los cultivos”. Se espera que de dichos cálculos surja el beneficio que genera la agricultura, en cuanto a la captura de carbono y la conservación de los suelos.
Leer en pdf »
CUMBRE DE CAMBIO CLIMÁTICO
previous post