El más grande. Estados Unidos y la Unión Europea decidieron fortalecer su relación económica, acordando el lanzamiento de negociaciones para alcanzar un amplio acuerdo bilateral de comercio e inversiones. El mismo se enmarca en el surgimiento de nueva oleada de tratados comerciales bilaterales, que involucra a los actores más relevantes del comercio internacional, ante el parate en el que están inmersas las negociaciones multilaterales de la OMC. En un Comunicado Conjunto, se señaló que la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones irá más allá del enfoque clásico de remoción de tarifas arancelarias y apertura de mercados a la inversión, los servicios y las compras públicas. Se concentrará, además, en alinear regulaciones y estándares técnicos, sanitarios, sociales y ambientales, que se han convertido en verdaderas trabas al comercio bilateral. Así, las negociaciones intentarán conseguir resultados ambiciosos en tres áreas: a) acceso a mercados; b) regulaciones y barreras no arancelarias; y c) reglas y principios de cooperación, para hacer frente a los desafíos y oportunidades comunes del comercio mundial. En cuanto a los bienes agrícolas, fuertemente protegidos por ambas partes, se señaló que se trabajará para la remoción de todas las barreras arancelarias y no arancelarias, con un trato especial para aquellos productos considerados sensibles. Según cálculos de la UE, el acuerdo podría aumentar el crecimiento anual del bloque en 0,5%, y el de EE.UU. en 0,4% hacia 2027. Esto sería equivalente a 86 mil millones de euros adicionales al ingreso anual en la economía europea, y a 65 mil millones en la norteamericana. La relación comercial entre EE.UU. y la UE es parte de la columna vertebral del comercio mundial, y por lo tanto lo acordado tendrá consecuencias en el resto de los países. En conjunto, estos representan el 47% del producto bruto mundial, y un tercio de los intercambios globales. De ser exitosas, las conversaciones culminarán en el más grande acuerdo regional negociado hasta el momento. La intención de las partes es definir reglas comerciales que tengan repercusión mundial, y vayan más allá de lo establecido por los acuerdos de la OMC. La UE ya posee más de treinta acuerdos de este tipo con diferentes socios comerciales de Europa, África, Medio Oriente y Latinoamérica, y se encuentra negociando nuevos con Japón, el MERCOSUR y los países del Sudeste Asiático. Estados Unidos, por su parte, ha firmado una veintena de acuerdos, entre ellos el NAFTA, priorizando en la actualidad la negociación del Acuerdo Transpacífico. Ambos poseen tratados con Perú, Chile, Colombia y México. Mientras tanto, Argentina y el Mercosur continúan fuera de estas tendencias, con su relacionamiento externo prácticamente paralizado. Esto puede generar consecuencias negativas para la región, que podría ser desplazada de las principales corrientes comerciales. Según la OMC, la rápida proliferación de acuerdos comerciales preferenciales “profundos”, que abarcan una amplia gama de cuestiones además de los aranceles, plantean grandes desafíos debido a que poseen el riesgo de encerrar a sus miembros en regímenes normativos específicos y reducir la posibilidad de que prospere el comercio con países que no son parte de los mismos. Leer en pdf »
TLC UE – EE.UU
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