Alta tensión El pasado 19 de septiembre el nuevo canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, realizó su primera visita oficial a Buenos Aires, donde se reunió con su par argentino, Héctor Timerman. El objetivo del encuentro fue destrabar algunos puntos conflictivos de una relación comercial bilateral que se encuentra en su nivel más bajo de la última década. Figueiredo reiteró los reclamos de Brasil por las demoras en los trámites de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), que autorizan los ingresos de productos desde el extranjero. Si bien elogió la expansión del comercio bilateral, que se quintuplicó desde 2002 para llegar a 34.500 millones de dólares anuales el año pasado, indicó que las trabas a las importaciones aplicadas por Argentina tienen un impacto negativo en la comunidad empresarial y la opinión pública brasileñas. Según la prensa de ese país, más del 10% del comercio entre las partes se encuentra “retenido” por estas medidas. El canciller brasileño aseguró que estas cuestiones deben solucionarse porque “pueden terminar contaminando la relación comercial como un todo». «Cuando hay obstáculos al comercio, las partes terminan buscando otros socios, y no queremos que eso suceda», agregó. Desde el sector privado de Brasil advirtieron que la “paciencia estratégica” por el perjuicio económico que provocan las barreras comerciales argentinas está «llegando al límite”. La Federación de Industrias de Sao Paulo (Fiesp) denunció que las medidas proteccionistas llevadas adelante por nuestro país no fortalecen su industrialización, dado que generan un desvío de comercio que reemplaza las exportaciones brasileñas por otros orígenes como China. Durante el año pasado, las importaciones totales argentinas se redujeron un 7%, mientras que las procedentes de Brasil lo hicieron en un 20% (ver Gráfico en versión pdf). Pese a estos reclamos, la reunión no arrojó resultados concretos, y las partes sólo se limitaron a señalar una “verdadera voluntad política” para continuar trabajando con miras a potenciar el flujo comercial bilateral. Debe notarse que en los últimos meses, producto de una caída en las exportaciones y un aumento de las importaciones, aumentó el déficit comercial de Argentina con Brasil, lo que podría conspirar contra la resolución de este conflicto. Leer en pdf »
ARGENTINA – BRASIL
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