Si bien se recuperó el crecimiento del comercio regional, aún se observa un rezago de competitividad en ALC y la sostenibilidad del actual desempeño es incierta.
El día 15 de noviembre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó la nueva edición del Monitor de Comercio e Integración para el 2017: “Más allá de la recuperación. La competencia por los mercados en la era digital”. Dicho informe sostiene que el comercio global ha regresado a la senda del crecimiento luego de un período de caída, aunque existe incertidumbre acerca de la sostenibilidad de tal recuperación.
Los países en desarrollo importadores fueron los principales responsables de la recuperación. América Latina y el Caribe (ALC), por su parte, siguió la tendencia mundial, registrando un significativo incremento de las exportaciones (13% interanual acumulado entre enero y junio 2017) impulsado principalmente por un aumento de los precios. El informe señala que la recuperación más notoria se produjo en las compras de China, que tras haber caído 2% en 2016, las importaciones desde ALC aumentaron cerca de un 28% interanual en el primer semestre de 2017, favoreciendo sobre todo a las exportaciones sudamericanas. Sin embargo, el desempeño comercial de la región no fue tan próspero ya que si bien la reactivación del comercio global estuvo impulsada en un 60% por la demanda asiática, ALC fue la región que menos se benefició de la expansión de ese mercado. Las compras desde ALC crecieron menos (4,6%) que las importaciones asiáticas desde otros orígenes (8,1%).
El BID realiza asimismo, un análisis de mediano plazo del comercio regional a fin de obtener una perspectiva sobre la capacidad de la región de posicionarse competitivamente en el comercio internacional. Según el estudio, en la post-crisis las exportaciones de ALC crecieron a un ritmo menor que las mundiales y se redujo su cuota del mercado global. La variación de la cuota de mercado es un indicador sintético determinado tanto por la demanda externa como por la competitividad de la oferta exportable. El desempeño exportador de ALC revela la erosión de la competitividad en la región durante el período analizado. Aunque dados el tamaño relativamente pequeño de la región y la heterogeneidad en el desempeño de las economías que la componen, hay que observar los resultados con mayor detalle. En 2010-2015 la cuota del mercado global de ALC se redujo de 6,16% a 6,07% (14,3 mil millones de dólares) pero si se excluye la participación de México, la retracción de la participación es aún mayor, de 4,12% en 2010 a 3,50% en 2015.
Los gráficos que se extrajeron del informe del BID representan los resultados de una estimación de la cuota de mercado de ALC si la competitividad de la región se hubiese mantenido en línea con la global y el efecto de la competitividad en la variación de las exportaciones por productos, incluyendo y excluyendo a México, respectivamente. Los productos primarios fueron los únicos que ganaron competitividad, pero no fue suficiente para contrarrestar el efecto negativo de los restantes productos.
Adicionalmente, concluyen que “la descomposición de la dinámica exportadora de ALC revela además que, con la excepción de México, el diferencial entre ALC y el mundo se derivó no sólo del sesgo de especialización de la canasta sino también de una menor capacidad de competir en los mercados externos”.
Por último, cabe destacar una reflexión del Coordinador del informe, Paolo Giordano, quien indicó que en ALC, y el mundo, convive un lenguaje del siglo XIX, haciendo referencia a la dicotomía que hoy se vuelve a plantear del proteccionismo vs. librecambio, junto con reglas e instituciones del s. XX (bajo la órbita del sistema multilateral de comercio -OMC-) y una tecnología y conectividad que corresponden a la globalización del s. XXI. Al respecto, señaló la necesidad de que ALC pase de las ventajas comparativas o competitivas a innovativas, es decir, traduzca las nuevas tecnologías en ventajas para poder hacer frente a los desafíos actuales y ganar la competitividad que se encuentra erosionada.