El Canciller paraguayo indicó que el acuerdo político podría cerrarse en abril. Desde la UE sin embargo, aparecen medidas de tinte proteccionista que irían en contra de la augurada liberalización comercial.
El 16 de marzo se reunieron en Asunción los Ministros de Relaciones Exteriores de los cuatro Estados Miembros del Mercosur, junto a otros Ministros de Industria y Comercio de esos países, a fin de analizar el estado de situación de las negociaciones con el bloque europeo.
Según indicaron desde la Cancillería paraguaya, en tal ocasión se recibió el informe de los Coordinadores Nacionales del bloque regional, sobre el avance de las negociaciones en las reuniones técnicas intra-Mercosur y los temas pendientes de definición. El encuentro sirvió para consensuar posiciones al interior del bloque sudamericano, reafirmando la voluntad compartida de concluir a la brevedad posible las conversaciones tendientes a concretar el Acuerdo de Asociación Mercosur-Unión Europea.
El Canciller de Paraguay, Embajador Eladio Loizaga, indicó que la conclusión de las negociaciones podría dar «un mensaje muy importante al comercio internacional» ante las amenazas proteccionistas y admitió que las negociaciones se han dilatado producto de la complejidad del proceso y lo que está en juego. Adicionalmente, durante un encuentro de “Diálogo Público-Privado de Alto Nivel, Asunción-Paraguay 2018”, celebrado el 19 de marzo, dicho Canciller anunció que posiblemente el acuerdo entre ambos bloques será firmado en la segunda quincena de abril del presente año.
Aún se desconocen los detalles del cierre del Acuerdo y si tal fecha será cierta ya que en el último tiempo se han planificado diversos plazos que no han sido cumplidos. Asimismo, al mantener las negociaciones en reserva, tampoco se sabe qué temas están pendientes de definición y cuánto tiempo llevará resolverlos, pero es de prever que los temas sensibles sigan en la mesa de negociación. Parece firme la voluntad de avanzar en el Acuerdo por ambas Partes aunque teniendo en cuenta la complejidad del Acuerdo y las diferencias entre los actores, hablar de plazos resulta complejo.
El diplomático y periodista, Jorge Riaboi, afirma que los casi 20 años de “diálogo platónico” entre el Mercosur y la UE se explican por “los temores competitivos de ambas economías y por la secular obsesión del Viejo Continente de no someter a la competencia extranjera una cuota mayor de su mercado agrícola”[1].
Argumenta que a través de una propuesta reciente de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria a la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural (ambas del Parlamento Europeo) sobre el futuro de la alimentación y la agricultura, se requiere a la Comisión que “garantice que los productos agrícolas importados cumplan las mismas normas sociales y sanitarias que se exigen a los productos a la Unión” y “que lleve a cabo una evaluación de impacto sistemática de las disposiciones relativas al sector agrícola en cada uno de sus acuerdos comerciales y que ofrezca estrategias específicas para asegurarse de que ningún sector agrícola sufra como consecuencia de un acuerdo comercial celebrado con un tercer país” [2].
Lo planteado por los europeos ha generado polémica en el ámbito del Mercosur, que ha expresado en más de una oportunidad preocupación por estas cuestiones que pueden generar trabas injustificadas al comercio. En particular, este punto se vio plasmado en el Acuerdo birregional en el capítulo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) en el que la UE insiste en incorporar el Principio Precautorio. Como ya se ha explicado en otras ocasiones, dicho principio implica poder aplicar medidas ante sospechas de riesgo para la salud pública o medio ambiente, sin necesidad de presentar evidencia científica que avale la existencia de dicho riesgo. Mercosur ha sido enfático en defender la necesidad de contar con evidencia científica.
La dimensión mundial de la PAC: foco en acuerdos comerciales
La UE se encuentra discutiendo el futuro de la Política Agrícola Común (PAC) dado el nuevo contexto. Según los propios europeos la PAC requiere evolucionar y ajustar sus respuestas a los desafíos y a las oportunidades en cuanto aparecen, para lo cual se sugiere un PAC simplificada, inteligente, moderna y sostenible.
Si bien la UE admite la implicancia de la PAC a nivel mundial y la importancia del comercio y la integración para el desarrollo de cadenas globales de valor y la mejora de la accesibilidad, variedad y asequibilidad de los alimentos (seguridad alimentaria), también reconoce que “no puede ignorarse que hay sectores agrícolas específicos que no pueden resistir la plena liberalización del comercio y la libre competencia con importaciones”. Sugiere que se debe reflejar “la sensibilidad de los productos en cuestión en las negociaciones comerciales” y explorar “modos para abordar los desequilibrios geográficos de las ventajas y las desventajas que afectan al sector agrícola dentro de la Unión como consecuencia de los acuerdos comerciales de la UE”[3].
Adicionalmente, se menciona que: “La UE continuará buscando una relación equilibrada y justa con nuestros socios comerciales fomentando, en su caso, el concepto de la «entidad única» en cuanto a las normas sanitarias y fitosanitarias de la UE. En ningún caso se verán comprometidos los elevados estándares de la UE”. Es decir, que la futura PAC contemplará mantener estándares sanitarios que muchas veces pueden implicar barreras injustificadas al comercio
[1] Riaboi, J. (20 marzo, 2018). La UE radicaliza su proteccionismo agrícola. El Economista. Recuperado de: http://eleconomista.com.ar/2018-03-la-ue-radicaliza-proteccionismo-agricola/#bCtdikZ8qXzCfHyf.99
[2] Punto 7. PROYECTO DE OPINIÓN de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria para la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural sobre el futuro de la alimentación y la agricultura (2018/2037(INI)). Ponente de opinión: Angélique Delahaye (12.3.2018)
[3] Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones. El futuro de los alimentos y de la agricultura. Bruselas, 29.11.2017 COM(2017) 713 final