Ingresarán libres de arancel el 92% y 94% de los productos agrícolas exportados por Canadá y la UE, respectivamente. Aunque existen cuotas para carne bovina, porcina, maíz dulce y lácteos.
El Acuerdo Económico y Comercial Global (AECG o CETA, por sus siglas en inglés) entre la Unión Europea y Canadá entró en vigor provisional el 21 de septiembre. Este acuerdo comercial fue firmado por ambas partes el 30 de octubre de 2016 y ratificado por la parte canadiense el 16 de mayo de 2017. La aprobación por el Parlamento Europeo determina su aplicación provisional, pero la entrada en vigencia será definitiva una vez que todos los Estados miembros de la UE lo hayan ratificado de conformidad con sus respectivas normas constitucionales.
El CETA fue calificado como un Tratado de Libre Comercio de última generación, es decir, que se caracteriza por abarcar un ámbito más amplio que el simple comercio de bienes, incluyendo temas nuevos como el comercio de servicios, inversiones, propiedad intelectual, y compras estatales, a la vez que incorporan disciplinas más complejas en materia de normas de origen, medidas sanitarias y fitosanitarias, medidas anti-dumping, etc. La aplicación provisional implica desde el primer día la supresión de los aranceles para el 98% de los productos intercambiados entre la UE y su contraparte. Sin embargo, no todos los aspectos del acuerdo entran en vigor en esta instancia, existen algunas excepciones como la protección de las inversiones.
En relación con las exportaciones canadienses, cabe destacar que casi el 96% de los productos pesqueros y casi el 94% de las líneas arancelarias agrícolas, como preparaciones de cereales y otros productos especiales, quedarán libres de derechos de ingreso al mercado europeo. En igual sentido, la UE podrá exportar a Canadá sin pagar aranceles casi el 92% de sus productos agrícolas y alimenticios, incluyendo quesos, vinos y bebidas alcohólicas, frutas y hortalizas y productos procesados.
Asimismo, a través del CETA se garantiza la protección en Canadá de 143 indicaciones geográficas europeas de una serie de bebidas y productos alimenticios, característicos de determinadas localidades o regiones de la UE. Se incluyen productos tales como el queso Roquefort, el vinagre balsámico de Módena y el queso holandés. Según cifras de la Comisión Europea la supresión de aranceles ahorrará a las empresas de la UE más de 500 millones de euros al año.
El acuerdo establece contingentes arancelarios para una serie de productos especiales, tales como la carne de vacuno y porcino, el maíz dulce (UE) y los lácteos (Canadá). El mercado de aves de corral y huevos seguirá cerrado tanto en la UE como en Canadá, y respetará el sistema europeo de precios de entrada.
Una de las mayores críticas al acuerdo consistía en que este debilitaría los estándares sanitarios europeos dada la normativa canadiense más laxa en algunas cuestiones. Sin embargo, la comisión europea a través de un comunicado de prensa del 20 de septiembre de 2017, afirmó que el acuerdo mantendrá los estándares de calidad europeos, ya que solo los productos y servicios que cumplan plenamente todas las disposiciones reglamentarias de la UE podrán acceder a su mercado. Adicionalmente, señala que el CETA no cambiará la forma en que la UE regula la seguridad alimentaria. Por ejemplo, la UE solo podrá importar carne sin hormonas de Canadá.