Tras varios años de cierre, están dadas las condiciones técnicas para que la carne argentina vuelva al mercado estadounidense.
El pasado 26 de noviembre, adías de la llegada de Donald Trump para asistir a la Cumbre del G20 en nuestro país, la Agencia de Inspección de la Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura delos Estados Unidos (APHIS/USDA)comunicó la restitución del sistema de equivalencias con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), lo que implica que las medidas utilizadas por Argentina para la inocuidad de las carnes bovinas,tienen el nivel apropiado de protección sanitaria como las exigidas por el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS/USDA) y proporciona la misma protección a sus consumidores. En términos prácticos, Argentina tiene dadas las condiciones para volver a abastecer con carne bovina el mercado estadounidense tras 17 años de exclusión.
El periplo había comenzado en 2001, cuando tras unos brotes de fiebre aftosa, se prohibió la importación de carne proveniente de Argentina. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), desde 2002 a 2011 fue devolviendo el estatus de libre de aftosa a diversas regiones del país. EE.UU. no aceptó lo dispuesto por la OIE y mantuvo su mercado cerrado, llevando a que Argentina pida el establecimiento de un panel en la OMC para que revisara la prohibición de importación estadounidense, citando dudas sobre la justificación científica y la concordancia con los estándares internacionales. Además, se informó de retrasos indebidos en la aprobación de importación de carne fresca y en el reconocimiento de la Patagonia como región libre de la enfermedad. Si bien en 2015 la OMC dio la razón al planteo argentino, el mercado estadounidense continuó cerrado, a falta de acuerdo entre los organismos sanitarios de ambos países.
Ahora con este visto bueno, se contará con acceso a una cuota de 20.000 toneladas anuales con arancel cero, y las exportaciones que superen ese volumen deberán abonar otro arancel de ingreso de 26,4%. De acuerdo a la Cancillería argentina, esto representaría de 150 a 180 millones de dólares. También agregaron que el 80% del producto a exportar sería carne magra, demandada por la industria estadounidense para la producción de hamburguesas y el 20% restante serían cortes de alta calidad, producto “Premium” con características especiales. Para tal fin, se ha autorizado la importación de todos los cortes de la carcaza, deshuesados, con excepción de la cabeza, pezuñas y menudencias.Resta entonces que las empresas cárnicas registren sus productos, plantas de procesamiento y etiquetas con el SENASA, para luego poder materializar las exportaciones.
