El 1 de enero de 2010 entró en vigor el tratado de libre comercio (TLC) entre China y los diez países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Se trata del mayor TLC del mundo por número de consumidores (con una población de mil 900 millones); y el tercero a nivel mundial, por detrás de la Unión Europea y del NAFTA, en cuanto a volumen de negocio, (con unos 200 mil millones de dólares de intercambio en 2008). De esta manera, se consolida un proceso iniciado entre China y la ASEAN en 2002, cuando empezó a negociarse el TLC. En 2005 se aplicaron las primeras reducciones arancelarias, en 2007 se firmaron acuerdos sobre mercancías y servicios y el documento de inversiones fue rubricado el pasado 15 de agosto: en total ocho años de reducciones paulatinas de aranceles por lo que, según los economistas, su eliminación no desequilibrará la economía mundial. El acuerdo se aplica en dos etapas. En la primera, en vigor desde enero, se producirá la eliminación de un 90 por ciento de los aranceles comerciales entre China y Malasia, Indonesia, Brunei, Filipinas, Singapur y Tailandia. En la segunda fase, que entrará en vigor en 2015, se eliminarán con Laos, Vietnam, Camboya y Birmania, los cuatro miembros más recientes. El 10 por ciento de los aranceles que se mantienen corresponde a mercancías que afectan a la competencia entre los países más débiles y el gigante chino, en concreto productos agrícolas, textiles, electrónicos, componentes de automóvil o maquinaria pesada, cuyos gravámenes se irán reduciendo poco a poco. Leer en pdf »