El pasado 9 de noviembre la Comisión Europea (CE) presentó su Comunicación “Comercio, crecimiento y asuntos mundiales: la política comercial como elemento fundamental de la Estrategia 2020 de la UE”. En este documento se explica de qué manera puede contribuir la política comercial de la UE al triple objetivo de lograr un crecimiento inteligente, sostenible e integrador plasmado en la Estrategia Europa 2020; y se detallan las medidas de política comercial que el bloque llevará adelante durante los próximos 5 años. En la primera parte de la Comunicación, la CE describe los cambios acontecidos en el comercio y las negociaciones internacionales, y señala como debe evolucionar la agenda comercial comunitaria en consecuencia. En este sentido, se destaca que la reducción de los aranceles de los bienes industriales y agrícolas sigue siendo importante, pero ya no es el mayor reto que debe enfrentar la Unión. El Ejecutivo europeo estima que lo que marcará la diferencia es la eliminación de las barreras no arancelarias al comercio de bienes y servicios, la liberalización y la protección de las inversiones, la apertura de la contratación pública, la difusión de la innovación y las nuevas tecnologías, la celebración de mejores acuerdos sobre los derechos de propiedad intelectual, y el abastecimiento sin restricciones de materias y primas y energía, entre otras cuestiones. A su vez, se resalta que través del comercio la UE deberá promover una economía mundial más ecológica, favorecer la creación de puestos de trabajo dignos, e impulsar mejoras en la integración social, tanto en Europa como en el resto del mundo. Particularmente, la CE manifiesta que el suministro sostenible y sin distorsiones de materias primas tiene una importancia estratégica para la competitividad de la UE. Por este motivo, señala que el bloque utilizará al máximo las actuales normas comerciales, buscará el establecimiento de un mecanismo de vigilancia de las restricciones a las exportaciones, planteará normas en las negociaciones bilaterales en curso y seguirá explorando las disciplinas multilaterales, por ejemplo un acuerdo de la OCDE basado en las “mejores prácticas”. Respecto de las acciones que la UE emprenderá para lograr que el comercio impulse el crecimiento económico y la creación de empleo, se destaca que la prioridad de la política comercial de la Unión será mejorar el acceso a las economías más importantes y de mayor crecimiento en el mundo, en particular por medio de ambiciosos acuerdos comerciales que tengan en cuenta todos los aspectos anteriormente mencionados, especialmente aquellos vinculados al desarrollo sostenible (empleos dignos, normas laborales y protección del medio ambiente). En el ámbito multilateral la Ronda Doha seguirá siendo la máxima prioridad. Se cree que en 2011 se tendrá la oportunidad de celebrar un acuerdo ambicioso, equilibrado y global, que podría incrementar el comercio mundial en más de 300 mil millones de euros. Sin embargo, la CE pone de manifiesto que este acuerdo no resolverá las nuevas cuestiones que debe enfrentar el comercio mundial, y por lo tanto ha llegado el momento de empezar a reflexionar sobre los pasos a seguir luego de la conclusión de la Ronda. En este sentido, la UE creará un grupo de personas destacadas para obtener recomendaciones sobre la futura agenda y el funcionamiento de la OMC después de Doha. En el ámbito bilateral, la CE prioriza la conclusión de su agenda actual negociaciones de acuerdos de libre comercio, en la que se encuentran las relanzadas conversaciones para lograr un tratado de estas características con el Mercosur. Además de haber concretado recientemente acuerdos con Corea del Sur, Colombia, Perú y América Central, la UE mantiene abiertas negociaciones con los países del Golfo, Canadá, la India y Singapur. Se destaca, a su vez, la importancia de defender los intereses económicos estratégicos en el este de Asia, en especial asociándose a la red de zonas de libre comercio que se están extendiendo rápidamente en esa parte del continente. También se buscará profundizar las relaciones comerciales con socios estratégicos como China, Estados Unidos, Japón y Rusia, poniendo el acento en la eliminación de los obstáculos no arancelarios al comercio. Finalmente, la UE intensificará su esfuerzo por hacer respetar los derechos adquiridos en los acuerdos bilaterales y multilaterales ya firmados y lograr la apertura de mercados cerrados de manera ilegal. Así, la Comisión seguirá prestando atención a las acciones adoptadas por los socios comerciales para salir de la crisis económica, reforzará las medidas de seguridad de los consumidores, revisará su estrategia de defensa de los derechos de propiedad intelectual, y protegerá la producción de la UE contra las distorsiones y perturbaciones del comercio internacional aplicando instrumentos de defensa comercial. En relación a este último punto, la CE subraya que aplicará esos instrumentos a “las nuevas formas de distorsión, como los casos en que los terceros países apliquen restricciones a las exportaciones para dar ventajas indirectas a las industrias destinatarias”. Como se expresó en la Editorial del presente Boletín, los cambios en la economía y el comercio mundial acontecidos durante la última década, y profundizados a raíz de la crisis financiera mundial, han provocado una ampliación y complejización de la agenda tradicional de negociaciones. La UE ha respondido a estos cambios ideando una ambiciosa estrategia comercial que incorpora los nuevos temas, y que, por supuesto, tendrá implicancias para Argentina. Nuestro país deberá, por tanto, responder a esta iniciativa, principalmente teniendo en cuenta de que la UE colocará todos estos nuevos temas en la mesa de negociación birregional, y que Argentina es el país que hace un uso más generalizado y con las mayores alícuotas de los derechos de exportación a las materias primas. En este contexto, como se ha mencionado en otras oportunidades, Argentina debe, cuanto antes, debatir una estrategia de política comercial que permita aprovechar las nuevas oportunidades y superar los nuevos desafíos, mejorando así la calidad de su inserción internacional.
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