Recientes declaraciones de representantes tanto del sector agropecuario como del sector industrial brasilero reclaman una estrategia de inserción comercial más agresiva, tanto en las negociaciones como en el plano de las controversias.
En una reciente audiencia pública en la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Comercial de la Cámara de Diputados del país vecino, el director de Desarrollo Industrial de la Confederación Nacional de Industria (CNI), Carlos Abijaodi, defendió el acuerdo de libre comercio Mercosur-UE, pero destacó que debe ser sólo el comienzo de un proceso de integración a la economía internacional. Agregó: “El mercado doméstico y el Mercosur no son suficientes para nuestra industria. Debemos buscar el espacio y encarar el comercio internacional como realmente es: agresivo.” Por otro lado, destacó que la ausencia de acuerdos de libre comercio genera una gran desventaja competitiva.
En cuanto a las controversias comerciales, la CNI identificó 18 supuestas violaciones de reglas internacionales en varios países que perjudicarían a las exportaciones brasileras y que podrían ser llevadas a la OMC, listado en el que incluyeron restricciones sanitarias para las carnes, barreras técnicas en etanol y madera, subsidios distorsivos en agricultura y, en el caso de Argentina, la existencia de declaraciones juradas de importación. El gerente ejecutivo de la Confederación, Diego Bonomo, destacó que “varias de las barreras no son nuevas y que ni siquiera pueden ser atribuidas a la ola de proteccionismo producto de la crisis global”. En su opinión, muchos obstáculos habrían sido tolerados por los empresarios porque los commodities estaban en alza. Al ceder el fuerte crecimiento económico, las barreras comenzarían a cobrar más relevancia.
Destacó, por otro lado, que algunas barreras proteccionistas parecen ser ignoradas debido al elevado costo en tiempo, dinero, y desgaste político que conllevan las presentaciones en la OMC. En relación a esto último, presionó argumentando que Brasil tiene un exceso de cuidado en la relación con Argentina, su principal socio del Mercosur. Ejemplificó su punto comparando con lo que ocurre en el Nafta, cuyos países llevaron al Organismo internacional 35 disputas contra otros miembros del bloque, incluso considerando que “el Nafta tiene un mecanismo interno de solución de controversias mucho más robusto que el Mercosur”.