Consumado el triunfo de Bolsonaro en Brasil se abren interrogantes respecto de cómo va a ser la relación con el Mercosur y en especial con Argentina.
Jair Messias Bolsonaro es el presidente electo de Brasil, al haber derrotado por una diferencia de diez puntos al candidato del PT, Fernando Haddad, en la segunda vuelta electoral el pasado 28 de octubre. Bolsonaro, que es un militar de reserva y diputado del Partido Social Liberal (PSL), asumirá el cargo el 1 de enero de 2019 hasta 1 de enero de 2023. Además de todo el revuelo político al interno de Brasil que ha generado su elección, en base a declaraciones durante su campaña, deben también tenerse en cuenta algunos aspectos que permiten entrever cuál será su política exterior en los próximos años.
En tal sentido, Paulo Guedes, apuntado para ocupar la cartera económica de Brasil, ha señalado que en este momento el Mercosur no será una prioridad para su país. Pero esto no implica necesariamente la ruptura del bloque ni mucho menos. En sus declaraciones mencionó que el Mercosur era muy restrictivo, señalando que Brasil había quedado prisionero de alianzas ideológicas, lo cual era malo para la economía. Y allí remarcó que tanto Mercosur como Argentina no eran una prioridad, ya que para ellos la prioridad era resolver la cuestión interna. En efecto, en dichos posteriores aclaró que no buscaba desmerecer ni al Mercosur ni a la Argentina, pero que no eran el foco en ese momento, ya que sus problemas internos eran lo más urgente que atender.
Por el lado de Argentina, el Canciller Jorge Faurie afirmó que se estaba de acuerdo en que había que abordar una tarea de flexibilización vinculada con las negociaciones que los cuatro países -Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay- estaban encarando en conjunto. Sobre la posibilidad de que cada país lleve adelante negociaciones de manera individual, tal como lo propondría Bolsonaro, Faurie señaló que la intención de Argentina es continuar los cuatro países juntos, pero dado el actual contexto, la Argentina estaba dispuesta a considerar una adecuación.
Más allá de las expresiones y los deseos, no debe perderse de vista que Argentina es el principal origen de importaciones agroindustriales de Brasil, con un 30% del total. Y dentro de estos productos, el trigo argentino es el más importante, con exportaciones en torno a los 871 millones de dólares (en promedio 2015-17). Pero si uno analiza el comercio bilateral total resulta deficitario para Argentina, como puede verse en el gráfico que sigue.
Uno de los postulados de Bolsonaro, al momento de referirse a la política exterior de Brasil, ha sido la necesidad de buscar acuerdos comerciales con otros países. Esto se da en un momento en el cual el Mercosur se encuentra avanzando en negociaciones con varios países y regiones, como la UE, EFTA, Canadá, Corea del Sur y Singapur. Entonces, resta ver de qué manera se alineará esto a sus objetivos o por el contrario, será un obstáculo para el avance de las negociaciones del bloque. Ahora, en el hipotético caso de que Brasil buscara flexibilizar al Mercosur, que por cierto es un reclamo que Uruguay ha venido sosteniendo de un tiempo a esta parte, se debería realizar una modificación en el Tratado de Asunción, lo cual requiere del consenso de los países miembros. Y en la hipótesis de máxima, esto es, una eventual salida del Mercosur requiere aprobación del Congreso de Brasil y un período de dos años en el cual continúan vigentes las normas del bloque.