El índice de precios de los alimentos de la FAO desciende a su nivel más bajo en cuatro años. Con un promedio en agosto de 196,6 puntos, el índice mostró una caída de 3,6% con respecto a julio, acumulando 5 meses de descensos consecutivos. Con la excepción de la carne, los precios de todos los productos contemplados tuvieron bajas significativas.
Los lácteos encabezaron este grupo, con el índice para estos productos registrando un descenso de 11,2% en comparación con julio y 18,9% en relación a agosto del año pasado. El motivo es la abundancia de suministros para la exportación, junto a una reducción de la demanda de importaciones. El veto de Rusia a principios de mes a las importaciones de productos lácteos de varios países ayudó al retroceso de precios, mientras que la reducción de las importaciones de leche entera en polvo por parte de China (el mayor importador del mundo) también contribuyó a la incertidumbre en los mercados.
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El índice para cereales ha venido disminuyendo continuamente desde mayo pasado, principalmente debido a las excelentes perspectivas de los cultivos y los abundantes suministros de trigo y cereales secundarios. El clima favorable impulsa la producción mundial, que se prevé aumente en 14 millones de toneladas en 2014. En agosto, el índice evidenció una caída de 1,5% respecto al mes anterior y 11,7% en relación a idéntico mes de 2013. El nuevo récord de la producción mundial de este año ha influido en los precios internacionales del trigo, que en agosto alcanzaron su valor más bajo desde julio de 2010. Del mismo modo, los precios del maíz han disminuido hasta alcanzar su punto mínimo en 4 años, gracias a unas condiciones de crecimiento prácticamente ideales y un nivel ya muy elevado de existencias.
También registraron nuevos descensos los índices de azúcar y aceites vegetales, los cuales se situaron en el nivel más bajo desde noviembre de 2009. Gran parte del comportamiento de agosto refleja la tendencia de los precios del aceite de palma, que se han debilitado a causa del efecto combinado de las perspectivas de mejora de la producción en Asia sudoriental y una demanda de importaciones menor de la prevista, principalmente por parte de China y la India.
En el caso de la carne, el índice fue de 207,3 puntos en agosto, 2,5 puntos (1,2%) más que en julio, y 25 puntos (14%) por encima del año pasado. Este ascenso reflejó principalmente un fuerte aumento de los precios de la carne bovina en Australia, donde las disponibilidades exportables se han reducido por la reconstitución de la cabaña ganadera, así como por una fuerte demanda de importaciones de Asia, en particular de China.