OCDE y FAO publicaron su informe anual “Perspectivas Agrícolas 2015-2024”, donde se resume la visión de estas instituciones para el futuro del sector. Por el lado de la demanda, se esperan incrementos fundamentalmente de países en desarrollo, en los que se prevé aumento de la población (pero en desaceleración), crecimiento del ingreso per cápita y urbanización, con la consecuente diversificación en las dietas, para incorporar una mayor proporción de proteínas de origen animal.
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Esta tendencia causaría un incremento de los precios de las carnes en relación a los granos forrajeros, y un incremento de estos últimos en relación al arroz y el trigo. Esto, sin embargo, sería contrarrestado por sucesos específicos, como una demanda estancada para el etanol basado en el maíz.
En términos reales el documento espera decrecimiento de los precios, a medida que crece la productividad y disminuye el precio de los insumos. Los menores precios del petróleo causarían también una presión a la baja, principalmente a través del costo de energía y fertilizantes. Por otro lado, el precio del petróleo reduce la viabilidad económica de los biocombustibles, más allá de los mandatos u otros incentivos de política.
En cuanto la expansión de la oferta, el informe encuentra que en Asia, Europa y Norteamérica el incremento se explicaría casi exclusivamente por rendimientos, mientras que en Sudamérica se prevén aumentos tanto de rindes como de área.
Con excepción de los biocombustibles, el comercio aumentaría para todos los productos estudiados, siendo los de mayor incremento la carne aviar, el azúcar y el algodón. Una tendencia que el informe destaca, es la concentración del comercio en exportadores, mientras la importación se encuentra dispersa entre numerosos compradores.
El informe incluye un capítulo especial sobre Brasil, cuyo crecimiento prevé se deberá a incrementos en productividad y conversión de áreas de pastura a cultivo de granos, con una ganadería más intensiva. Menciona que el crecimiento agrícola brasilero puede ser alcanzado de manera sostenible. Por otro lado, destaca la importancia de los acuerdos comerciales para mejorar el acceso a los mercados y las necesidades de inversión en infraestructura.
La previsión que el informe hace para la cosecha de Argentina alcanza las 131 millones de toneladas de cereales y oleaginosas en 2024. Esta cifra no es muy alejada de los 127,7 contemplados en el ERAMA 2023 de la Fundación INAI, aunque este último número contempla también maní. La principal diferencia se observa en trigo: mientras OCDE-FAO estima que se alcanzaría una producción de 16,9 millones de toneladas, el ERAMA llega a 13,9 millones. Gracias al mayor procesamiento interno, las exportaciones de poroto de soja se mantendrían prácticamente invariables. La producción de carnes llegaría a 6,6 millones de toneladas, con 3,3 millones de carne bovina (logrando sólo 500 mil toneladas de exportación), 600 mil toneladas de carne de cerdo, y 2,5 millones de toneladas de carne aviar.
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