De acuerdo al último reporte de la FAO, los precios de los alimentos inician el 2016 en su nivel más bajo en casi siete años. El índice de enero se situó en 150,5 puntos, un 16% menos respecto del mismo mes del año anterior. En términos reales se ubica en torno a los valores registrados en 2006.
El índice de precios de la FAO es un índice ponderado, elaborado en base al seguimiento de lo que acontece en los mercados internacionales de los cinco principales grupos de alimentos básicos: cereales, aceites vegetales, productos lácteos, carne y azúcar
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Los expertos del organismo indicaron que los principales factores que subyacen a la persistente disminución de los precios de los productos alimenticios son los suministros agrícolas en general abundantes, una desaceleración económica mundial, y el fortalecimiento del dólar estadounidense.
En relación, este mes la FAO elevó su previsión de las existencias mundiales de cereales en 2016, como resultado de la reducción proyectada del consumo y el aumento de las perspectivas de producción en 2015.
Para los cereales el índice se redujo un 1,7% respecto del mes pasado, en un contexto de amplios suministros mundiales y aumento de la competencia por los mercados de exportación, especialmente de trigo y maíz. En carnes la caída fue de un 1,1% en relación a su valor revisado de diciembre, con caídas en los precios de todas las categorías de carne, excepto la de porcino, sostenida por el inicio de ayudas al almacenamiento privado en la UE.
Respecto de lo que se espera para 2016, según la nota informativa de la FAO sobre la oferta y demanda de cereales los patrones climáticos asociados con El Niño están enviando señales mixtas sobre las perspectivas iniciales para las cosechas, en especial en el hemisferio sur. Las condiciones son en general favorables en la Federación de Rusia y la Unión Europea, pero han disminuido las plantaciones de invierno en los Estados Unidos y Ucrania. También se prevé un recorte de la superficie sembrada de trigo en la India.
Como resultado de la mayor producción y la rebaja en las previsiones de consumo, las existencias mundiales de cereales se estima que finalicen la campaña 2016 en 642 millones de toneladas, más altas que al inicio. Ello implica que el ratio entre existencias y utilización a nivel mundial permanecerá holgado y estable en torno al 25%, presionando los precios a la baja.
Sin embargo, la acumulación de inventarios varía a nivel geográfico y en función del cultivo. Se prevén aumentos destacados en las existencias de trigo en Estados Unidos, la Unión Europea y China, mientras habrá probables reducciones en Canadá, la India y la República Islámica de Irán.