Los días 9 y 11 de marzo se llevó a cabo el doceavo Examen de Políticas Comerciales de Japón en la OMC. A intervalos regulares, todos los Miembros de la Organización deben cumplir con esta práctica de revisión en la que se listan y evalúan las políticas relacionadas con el comercio y la inversión, y se siguen de cerca aquellos acontecimientos importantes que puedan tener consecuencias en el sistema mundial de comercio. El examen incluye la elaboración de dos informes, uno por la Secretaría de la OMC y otro por el Gobierno de Japón. El examen anterior para ese país había tenido lugar en marzo de 2013.
De los informes se desprenden pocos cambios en relación al examen anterior. En particular, Japón continúa siendo un país proteccionista en agricultura. El promedio de los aranceles a la importación Nación Más Favorecida (NMF) aplicados por Japón en 2014 fue de 14,9% para productos agrícolas y de 3,7% para productos no agrícolas. La primera cifra disminuyó del 17,5% observado en 2012, pero se debió a incrementos en algunos precios, reduciéndose los equivalentes ad-valorem de aranceles específicos.
Por otro lado, de acuerdo con el informe de la Secretaría las reglas japonesas sobre cuestiones sanitarias y fitosanitarias (SPS) y los obstáculos técnicos al comercio (TBT) son más estrictas que las normas internacionales, y el cumplimiento de sus medidas de calidad y seguridad implica un alto costo para los potenciales exportadores.
En materia de ayuda interna, la protección al sector agrícola japonés sigue siendo elevada. Según el informe de la OMC: “El alto grado de ayuda y protección otorgado por el gobierno a la agricultura también ha conseguido que la agricultura en pequeña escala siga siendo rentable, especialmente cuando se complementa con ingresos no agrícolas. No obstante, el resultado ha sido el envejecimiento continuo de la población agraria y un sector agrícola ineficiente.” La política agrícola se establece en un “Plan básico de alimentación, agricultura y zonas rurales” que sigue haciendo hincapié en la autosuficiencia.
En cuanto al rol del país en las diversas vías de negociación comercial, de acuerdo con el informe del Gobierno “Japón ha mantenido su compromiso con la liberalización del comercio en el marco del sistema multilateral”, y “está decidido a participar plenamente en este régimen no discriminatorio, abierto y basado en normas”. Agrega que “los acuerdos comerciales regionales y el sistema multilateral de comercio basado en la OMC deberían complementarse entre sí, y el Japón considera que esos acuerdos regionales son los instrumentos que contribuirán a una mayor liberalización del comercio a nivel multilateral”.
De hecho, Japón es parte en 13 acuerdos de asociación económica y se ha comprometido a ampliar el alcance de la cobertura de los acuerdos del actual 19% de su comercio al 70% para 2018. Estos esfuerzos se llevan a cabo en el marco de un ambicioso programa para revitalizar la economía japonesa que incluye tres ejes: expansión monetaria, estímulos fiscales, y la aplicación de reformas estructurales en esferas como la agricultura, la energía y la atención sanitaria.
Sin embargo, Japón ha excluido de los acuerdos firmados algunos productos agropecuarios, como determinadas líneas arancelarias correspondientes a la carne y los productos cárnicos, el pescado y los productos de la pesca, los productos lácteos, el arroz, los productos de la molinería, la madera contrachapada, el cuero y sus manufacturas y el calzado.
En cuanto al relacionamiento con el Mercosur, mencionaron que en junio de 2011, el Ministro de Relaciones Exteriores Takeaki Matsumoto participó en la Cumbre nro. 41 del Mercosur, y propuso un diálogo para estudiar la posibilidad de promover las relaciones bilaterales en el comercio y la inversión. La primera reunión entre el Japón y el Mercosur se celebró en noviembre de 2012, y estaría previsto celebrar una segunda reunión en un futuro próximo.