En una reunión desarrollada en Estambul los días 7 y 8 de mayo, los ministros de Agricultura de los países Miembros del G-20 manifestaron su compromiso de hacer frente al reto de la seguridad alimentaria para un mundo de una población estimada de nueve mil millones de personas hacia 2050. Se espera que acciones concretas se tomen en la Cumbre de Presidentes de Noviembre próximo.
En el Comunicado Final, subrayaron que la intensificación de la presión sobre los recursos naturales y los impactos del cambio climático hacen imperioso un aumento de la productividad, al tiempo que los sistemas de producción deberán moverse hacia esquemas más sostenibles en todas sus dimensiones –económica, social y ambiental-, en particular minimizando los desperdicios y pérdidas de alimentos.
Durante su exposición, el ministro de Agricultura argentino, Carlos Casamiquela, ponderó las políticas públicas que se aplican en Argentina con el objetivo de ser proveedores mundiales de alimentos, productos agroindustriales y tecnologías agropecuarias.
Según la FAO, se estima que un tercio de los alimentos para consumo humano se pierde o desperdicia a nivel mundial, lo que equivale a alrededor de 1.300 millones de toneladas de producción anuales, 3.300 toneladas de gases de efecto invernadero, y 750 mil millones de dólares. Las pérdidas ocurren cuando los alimentos se derraman o estropean antes de alcanzar su fase final de producción o de venta al por menor, y los desperdicios cuando no se consumen porque se dejan estropear o son descartados por minoristas o consumidores. Con gran preocupación, los Ministros llamaron a mejorar las estimaciones al respecto y poner en funcionamiento una plataforma destinada a reforzar el intercambio de experiencias e información.
Para cumplir con el objetivo de aumentar la producción mundial en un 60% en los próximos 35 años, señalaron la necesidad de sistemas alimentarios sostenibles y resilientes: desde la producción de los alimentos, pasando por la elaboración, distribución, comercialización y consumo. Estos permitirán ampliar el suministro de alimentos y crear empleo decente en las zonas rurales, especialmente para los pequeños agricultores familiares, las mujeres y los jóvenes.
Con miras a hacer frente al cambio climático y aumentar la productividad agrícola, aseguraron que serán elementos claves el mejoramiento de la fertilidad del suelo, la capacidad de retención de agua y la restauración de las tierras degradadas.
Respecto de la inversión, destacaron esencial la coordinación gubernamental para la implementación de políticas que promuevan la inversión responsable en investigación y desarrollo, infraestructura, riego, conservación, tecnología, servicios rurales, educación y protección social, entre otras áreas. En este sentido, los Ministros se comprometieron a crear un entorno propicio para el aumento de la inversión privada en toda la cadena de valor, incluyendo el buen funcionamiento de mercados abiertos y transparentes, y políticas que permitan administrar riesgo y limitar los efectos adversos de la excesiva volatilidad de precios.
Finalmente, resaltaron el rol fundamental del sistema multilateral de comercio en el logro de la seguridad alimentaria mundial, y reafirmaron su compromiso con la Ronda Doha y el éxito de la Décima Conferencia Ministerial de la OMC en Nairobi.
A diferencia de lo acontecido en los últimos 30 años, debido las crisis alimentarias provocadas por los picos de precios de los commodities agrícolas en 2008 y 2011, la Agricultura se transformó en uno de los principales temas de la agenda mundial. Desde su aparición en la escena internacional luego de la crisis financiera mundial, el G-20 le ha dedicado mucho tiempo al tratamiento de estos temas, especialmente en su vinculación con la Seguridad Alimentaria Mundial y el Cambio Climático. Con un importante papel por jugar debido al enorme potencial de su producción de alimentos, Argentina, en asociación con el resto de los países de la región exportadores netos de alimentos, debe aprovechar este espacio para construir poder de negociación y mejorar su inserción en el complejo y dinámico escenario internacional.