El G20 en Buenos Aires no sólo sirvió de marco para la búsqueda de consensos entre los países miembros, sino que además permitió avances en numerosas reuniones bilaterales paralelas.
Finalizó en Buenos Aires la reunión de líderes del G20, el principal espacio de deliberación política y económica del mundo, que representa un 66% de la población mundial y el 85% del producto bruto global. Al momento del encuentro, existía un elevado grado de incertidumbre dado por la actual guerra comercial, entre otros conflictos, inclusive de índole geopolítica. En ese contexto, si bien existe un sinnúmero de temas por resolver, la firma de un comunicado común por parte de los líderes puede considerarse un logro de importancia.
Las negociaciones que lograron la firma del comunicado se construyeron sobre el trabajo técnico desarrollado a lo largo del año. Se destacó, entre otros temas, que el “compromiso de hacer frente a los desafíos sobre seguridad alimentaria, que resulta crucial para lograr un mundo sin hambre ni otras formas de desnutrición”. En particular, los líderes propusieron impulsar el dinamismo en las zonas rurales, la agricultura sostenible, el uso de tecnologías tradicionales e innovadoras, la colaboración público-privada, y la reducción de desechos de alimentos.
Considerando las acciones sobre cambio climático, reafirmaron que el Acuerdo de París es irreversible, y se comprometieron a alcanzar una implementación plena. Sin embargo, Donald Trump reiteró su decisión de retirar a su país del acuerdo. Por otro lado, agregaron que una economía sólida y un planeta saludable se refuerzan mutuamente. Al mismo tiempo, reconocieron la importancia de contar con estrategias de adaptación al cambio climático, y plantearon su interés en lograr resultados positivos en la COP 24 en Katowice.
En cuanto a los temas de comercio, los líderes resaltaron el rol que ha tenido el sistema multilateral para lograr crecimiento, productividad, innovación, empleo y desarrollo. Sin embargo, agregaron que actualmente“no está cumpliendo sus objetivos, y existen posibilidades de mejora”, de manera que respaldan una reforma a la OMC, que califican de necesaria para mejorar su funcionamiento. Al respecto, se comprometieron a revisar en la próxima Cumbre en Japón, el avance que se logre.
Argentina – EE.UU.
La visita de Donald Trump incluyó un encuentro con Mauricio Macri en la Casa Rosada. Allí el presidente estadounidense dio su apoyo al ingreso de Argentina a la OCDE. Destacaron, además, las aperturas de mercados para carne bovina a EE.UU. (Ver Estados Unidos reabre el mercado para carne argentina, en este boletín). Por otro lado, se comprometieron a profundizar las relaciones económicas y el intercambio comercial. Paralelamente, firmaron convenios de cooperación sobre educación, infraestructura, energía, inversiones, transportes y seguridad aérea.
Se firmaron, además, cartas de intención con la Overseas Private Investment Corporation (OPIC), un organismo del gobierno de EE.UU. dedicado a canalizar fondos privados a inversiones en países emergentes. Se prevén impulsar proyectos en infraestructura, energías renovables y logística.
Argentina – Japón
Un segundo encuentro bilateral de importancia devino en la firma de un Tratado de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones con Japón, que fue calificado como un instrumento moderno y equilibrado que otorga mayor seguridad jurídica y previsibilidad. El desafío de este tipo de acuerdos es lograr un adecuado balance entre el derecho a regular de los Estados y la protección a los inversores. El avance es importante dado que Japón es uno de los principales emisores de inversión extranjera directa, sus capitales industriales tienen interés en crecer en nuestro país.
Tregua comercial
Al finalizar la cumbre, los presidentes Donald Trump y Xi Jinping compartieron una cena que resultó fructífera para el relacionamiento comercial entre ambos países. En la misma, se acordó que EE.UU. postergaría por 90 días la elevación de aranceles que estaba prevista para el primero de enero del 10% actual al 25% para 200 mil millones de dólares de productos chinos. A cambio, el país asiático se comprometió a incrementar sus compras de productos estadounidenses, incluyendo energía, bienes agrícolas e industriales. La condicionalidad incluye, además, arribar a un acuerdo más amplio sobre los temas que preocupan a EE.UU.: transferencia forzada de tecnología, propiedad intelectual, barreras no arancelarias, robo cibernético, servicios y agricultura.
