La confirmación del USTR en EE.UU. y la posterior notificación al Congreso, han dado impulso al objetivo de Trump de renegociar el NAFTA con Canadá y México.
El Senado estadunidense confirmó a Robert Lighthizer como Representante Comercial (USTR) de la Casa Blanca. Como se había indicado en el Boletín anterior, para su confirmación fue necesario que se aprobara una dispensa especial, ya que la Ley de Transparencia de Cabildeo de 1995 establece una exención especial del Senado debido a que Lighthizer representó a Brasil y a otros gobiernos extranjeros en disputas contra EE.UU.
Tras la confirmación final del USTR, el 18 de mayo se procedió a enviar al Congreso la notificación oficial para el inicio del período de espera de 90 días establecido para el inicio de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) con México y Canadá.
Lighthizer ha pedido a la Comisión de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés) que evalúe cómo podría afectar una eventual reducción o eliminación de aranceles a ciertos productos importados de Canadá y México, tanto a industrias claves como a la economía estadounidense en general. En materia agrícola se han incluido los productos lácteos, carne, vegetales, frutas y azúcar, y otros como fórmula para bebé, tabaco, vino, lana y productos de algodón.
El Secretario de Comercio, Wilbur Ross, indicó que la renegociación del NAFTA podía partir de las concesiones que hicieron México y Canadá en el TPP, acuerdo impulsado por Obama pero del que Trump decidió retirarse. En el mismo sentido se explayó Lighthizer, proponiendo la «modernización» del Acuerdo, con nuevas disposiciones sobre comercio digital, derechos de propiedad intelectual, normas laborales y medioambientales, medidas regulatorias, entre otras materias que fueran en su momento abordadas por el TPP.
Por su parte, el Secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo agregó que ese paquete de concesiones comerciales estaba en su momento sujeto a beneficios de la ampliación del mercado asiático y a una mayor profundización en el acceso a Japón.
Ahora se espera que tanto Lighthizer como el secretario de Comercio, Wilbur Ross, compartan la responsabilidad en el proceso. Precisamente este último declaró que la Casa Blanca todavía no había decidido si encararía las conversaciones de forma individual con cada socio o conjuntamente.
Tanto Canadá como México han defendido la postura que la renegociación sea trilateral pese a las diferencias particulares que cada país tenga con Washington. La Ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, señaló que el NAFTA es un acuerdo trilateral, por lo que por una cuestión de sentido común, debía ser modernizado sólo con el acuerdo de los tres miembros.
La amenaza de EE.UU. de abandonar el NAFTA, motorizó que México y Canadá empezaran a explorar opciones de negociar nuevos acuerdos comerciales, con el objeto de diversificar mercados. En este sentido se enmarca la renegociación del ACE Nº6 que México está llevando adelante con Argentina y la consulta pública iniciada por Canadá sobre la conveniencia de iniciar una negociación comercial con el Mercosur.