EL INAI REORIENTÓ LOS ESFUERZOS REFERIDOS AL COMERCIO Y LAS NEGOCIACIONES INTERNACIONALES Hace más de 8 años que el INAI comenzó a publicar su Boletín mensual, llegando en la presente edición al Nº 100. Durante ese lapso cambiaron las oportunidades y amenazas en temas internos y externos que hacen al comercio internacional y a las negociaciones comerciales internacionales. Diversas variables impulsoras de cambios fundamentales irrumpieron en los escenarios mundiales: continuación del crecimiento poblacional, aunque con tasas menores; continuación de la incorporación al mundo del trabajo industrial de decenas de millones de trabajadores con bajos niveles de salario; continuación de los progresos en las industrias de tecnología avanzada ; agudización de conflictos entre EE.UU. y países del Medio Oriente; y creciente apertura de la economía mundial (comercio, finanzas e inversiones). Estos cambios de fondo generaron movimientos de segundo orden (en términos secuenciales): reducción de los costos promedios de producción en los países en desarrollo (PED), outsourcing e IED por parte de los países desarrollados (PD) en estos PED, mayor participación de las exportaciones de los PED en el comercio mundial, disminución de las tasas de inflación y de interés mundiales, crecimiento de la importancia de varios PED, pérdida de competitividad de los PD, crecimiento y diversificación del comercio mundial, expansión en la membresía de la OMC, aumento en las demandas de materias primas, cambios en los términos de intercambio entre productos industriales y los originados en recursos naturales, aumento en las rentabilidades tanto del mundo capitalista tradicional como del mundo capitalista en construcción (países del Asia principalmente pero también en América Latina), afianzamiento de la inseguridad (militar, ambiental, alimenticia, empleo, violencia personal y bursátil), entre otros. Las consecuencias de tales cambios para las negociaciones comerciales internacionales fueron sustanciales. Se modificó la paridad de fuerzas entre los PD y los PED y se amplio de manera notable la agenda negociadora, lo que derivó en un estancamiento de las tratativas por continuar con aperturas generalizadas, como las de la OMC y el ALCA. Proliferaron, en cambio, los TLC que abarcan un número menor de países y con materias negociables más acotadas. Al momento de nacer el GATT en 1947 los países miembros que dominaban la institución pusieron el énfasis de la apertura en las negociaciones tendientes a reducir los aranceles a la importación de productos industriales, sin poner mucho énfasis en la modificación del proteccionismo en la agricultura. Eran tiempos en que predominaba un exceso de demanda de los primeros y un exceso de oferta de los segundos. Los temas de negociación en materia de agricultura eran la reducción de los obstáculos en frontera vía aranceles de importación, cuotas de importación y mecanismos de salvaguardia a la importación, y la reducción de subsidios a la producción y exportación. Las limitaciones a las exportaciones no eran prácticamente tenidas en cuenta, y la reducción de los escalonamientos arancelarios a medida que aumentaba el procesamiento no ocupaba el centro de la escena. La negociación madre se ubicaba en el GATT y a partir de 1995 en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Con los cambios descriptos, fundamentalmente a partir de los años noventa, se pasa a un exceso de demanda mundial (con precios reales en ascenso) en los productos del agro, y lo opuesto en la industria. Varios de los PD altamente proteccionistas en materia de commodities pasan a defender los productos procesados que llegan directamente a las góndolas. Algo similar comienza a ocurrir con los grandes PED, comenzando por la China y en menor medida todavía por la India. Estos países se interesan en tener acceso a las importaciones de materias primas y pujan por producir internamente productos procesados, y con el tiempo presionarán para exportar estos últimos. Los PED exportadores de productos originados en el agro, y también en la minería, comienzan a ser vistos como “graneros” del mundo; reservándoseles el rol de exportadores de productos primarios. Con ello pierden vigencia algunos temas como los subsidios a las exportaciones y, de alguna manera, los subsidios a la producción vinculados a los precios o a la producción. Estos últimos tendieron a perder importancia relativa al crecer el valor de las exportaciones en relación a los niveles absolutos de tales subsidios, que quedaron congelados en términos nominales . Asimismo, muchos subsidios vinculados a los precios pierden relevancia al aumentar los precios de las commodities. Estando todavía en un período de transición nacen temas nuevos para las negociaciones comerciales internacionales, producto de las realidades nuevas en materia de comercio internacional. Con el afianzamiento de los productos procesados en los PD, y la “amenaza” de los PED, aunque más no sean en carácter de productos semiprocesados, surge la utilización de los estándares privados que involucran en negociaciones a los sectores privados de los países en pugna. De manera semejante recobran importancia las negociaciones vinculadas con la problemática ambiental y el cambio climático, en instituciones privadas creadas al efecto como la Round Table Soybean Biofuels (RTSB) y su similar la Round Table Responsible Soybean (RTRS). Con el afianzamiento de la demanda de biocombustibles en los PD y el aumento de la capacidad exportable por parte de los PED surgen las negociaciones entre los sectores privados para administrar el acceso de los PED a los PD. El mencionado cambio a un exceso de demanda genera a mediados de 2008 un aumento de 100 millones de personas entre las huestes de los subnutridos y con ello se robustece la preocupación y las negociaciones referidas a la seguridad alimenticia y la volatilidad de los precios de los alimentos. Además de la OMC aparecen en el escenario de las negociaciones el G-20, el Banco Mundial y la FAO. Surgen las primeras preocupaciones por las limitaciones a las exportaciones, llegando algunos países a presentar el tema en el seno del G-20, la OMC e incluso en el MERCOSUR. Argentina es un país prominente en este último tema, llegando a ser el país que aplica de manera más generalizada y más elevada impuestos a las exportaciones y restricciones cuantitativas de elevadísima importancia y diversidad en cereales, oleaginosas, carnes bovinas y lácteos, principalmente. El cambio en el balance del poder del PBI y de las exportaciones entre los PD y los PED, también llega a tener su correlato en las negociaciones en ámbitos como el de la OMC, el FMI y el G-20, donde se fortalecen los debates sobre el qué hacer con las condiciones de empleo y la inequidad en la distribución del ingreso, temas antes solo discutidos en foros como el de la OIT y la UNCTAD. Finalmente, aunque no menos importante, se refuerzan las relaciones Sur – Sur a través de la negociación y concreción de diversos acuerdos comerciales. En estos días, uno de nuestros vecinos, Chile, se ha convertido en el impulsor de una ambiciosa iniciativa para ampliar el comercio en el área Asia – Pacífico. Con estas modificaciones en el comercio y las negociaciones internacionales, el INAI fue modificando su agenda de actividades y lo mismo ocurrió con la cobertura temática de su Boletín. Comenzaron a tener cabida los temas referidos a la inserción de Argentina en el comercio mundial y los nuevos temas de negociación sin dejar de mantenerse alerta sobre las negociaciones en la agenda tradicional. El Programa de Inserción agrícola del BID – FOMIN facilitó la adaptación, al requerirse numerosos trabajos que de otra manera no hubieran podido realizarse. Ernesto S. Liboreiro Director Ejecutivo Fundación INAI Leer en pdf »