Concluyó el trabajo del T20 bajo la presidencia argentina en manos del CARI y CIPPEC, con un comunicado final que condensa una serie de recomendaciones de políticas para contribuir al proceso del G20.
El Think 20 (T20) llevó a cabo su reunión final en Buenos Aires el pasado 17 y 18 de septiembre para transmitir sus recomendaciones de políticas a la presidencia argentina del G20. Durante la mañana de la primera jornada, se le entregó al presidente Mauricio Macri el comunicado final, un documento con la visión del grupo de afinidad sobre la gobernanza global y recomendaciones de políticas. El objetivo es colaborar así con la reunión de líderes del G20 que tendrá lugar a fin de año.
El encuentro contó con una nutrida serie de presentaciones, que incluyó la participación de especialistas de los principales think tanks del mundo, autoridades gubernamentales argentinas, representantes de organizaciones internacionales y de la comunidad empresarial.
Los expertos deliberaron sobre las prioridades de la presidencia argentina del G20 y otras temáticas centrales a la naturaleza del foro en seis sesiones plenarias, acerca de: cambio climático e infraestructura para el desarrollo; seguridad alimentaria y agricultura sostenible; el futuro del trabajo y la educación en la era digital; equidad económica de género; cohesión social, gobernanza global y el futuro de la política y economía y finanzas internacionales.
El comunicado mencionado condensa el trabajo llevado adelante por 10 grupos de trabajo, integrados por expertos de diversas nacionalidades. De allí se extraen 20 recomendaciones de políticas, ya que con su trabajo, el T20 busca contribuir al G20 a encontrar soluciones a los desafíos globales.
En materia agroindustrial, se trabajó en aspectos clave como seguridad alimentaria y agricultura sostenible. Allí se señaló que el desafío global es construir sistemas alimentarios y un entorno comercial que generen crecimiento y empleos de calidad, aseguren la inclusión y la equidad social, promuevan la resiliencia al cambio climático y la sostenibilidad ambiental (baja huella de carbono/energía) y protejan la biodiversidad, utilicen los recursos eficientemente (sin desperdicios ni pérdidas), y aseguren dietas saludables para todos los individuos (teniendo en cuenta la triple carga de la malnutrición: falta de calorías, falta de nutrientes clave y sobrepeso y obesidad). Se reconoció la dificultad de la tarea, señalando que las políticas nacionales por sí solas son insuficientes para alcanzar estos ambiciosos objetivos, por lo que son necesarias acciones colectivas para incrementar la producción sostenible con el fin de satisfacer la demanda global de alimentos generando menos emisiones de carbono y asegurando un entorno eficiente para el comercio de bienes alimenticios.
Sobre estos temas se abunda en las propuestas 8 a 10, que plantean:
- Movilizar recursos globales, mejorar las mediciones de la productividad agrícola y los parámetros climáticos, y estimular la transferencia de tecnologías para promover un futuro alimentario sostenible.
- Establecer principios que respondan a las necesidades de los consumidores, medir las reducciones de la pérdida y el desperdicio de alimentos y alinear las finanzas con las salvaguardias que fomenten un sistema alimentario mundial sostenible y promuevan dietas saludables.
- Abordar las preocupaciones sobre seguridad alimentaria a través de acuerdos especiales entre países sistémicamente relevantes.
El cierre estuvo a cargo de representantes de la troika del Think 20 y giraron en torno al futuro del grupo de afinidad cuando Japón asuma la presidencia en 2019.
