El Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Yvo de Boer, señaló que es poco probable que se logre un nuevo acuerdo legal que comprometa a las naciones a controlar las emisiones de gases contaminantes antes de fines de 2011. Sin embargo, sostuvo que la próxima conferencia anual, a realizarse en noviembre en Cancún (México), puede servir para “reencauzar“ las negociaciones entre las 194 naciones participantes, con el objetivo de acordar los elementos principales que podrían incluirse en un acuerdo obligatorio un año más tarde en Sudáfrica. Finalmente, afirmó que antes de aspirar a un nuevo acuerdo, es necesario restaurar la confianza en el proceso negociador de la ONU tras el débil resultado de la cumbre de Copenhague en diciembre último. Respecto al Acuerdo de Copenhague, ya se han registrado apoyos de 111 países, aunque sólo 75 han asumido compromisos (unilaterales, voluntarios) para reducir o limitar sus emisiones hasta el año 2020. De todas maneras, los compromisos afectan al 80% de las emisiones mundiales. Respecto a esto, De Boer indicó que a pesar de que “los compromisos puestos sobre la mesa representan un paso hacia delante, no son suficientes para limitar el calentamiento a dos grados”. Debe recordarse que el acuerdo de Copenhague mantiene la referencia a los dos grados, pero elude decir los medios para conseguirlo. Por otro lado, del 9 al 11 de abril se realizó en Bonn (Alemania) una reunión de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, con el objetivo de definir la organización y los métodos de trabajo para 2010, a fin de conseguir un acuerdo global en la próxima Conferencia de las Partes (COP), que tendrá lugar en México a finales de este año. Las negociaciones en materia de cambio climático se desarrollan en dos grupos: 1) el “Grupo Ad-Hoc sobre Cooperación a Largo Plazo” en el ámbito de la Convención, conforme con lo acordado por el Plan de Acción de Bali; y, 2) el “Grupo Ad-Hoc sobre los Compromisos Futuros de los Países del Anexo I del Protocolo de Kyoto”, en el marco de dicho protocolo. El primer grupo, en función del Plan de Acción de Bali, está enfocado en los compromisos de mitigación llevados adelante por de los países desarrollados. También tiene en cuenta la participación de los países en desarrollo a través de acciones de mitigación adecuadas para cada país, las que deberían ser asistidas por los países desarrollados a través de la transferencia de tecnología, financiamiento y apoyo a actividades de creación de capacidades para la respuesta al cambio climático. Por el segundo grupo de trabajo se busca acordar las obligaciones de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que deberán asumir los países industrializados, una vez concluido el primer período de compromisos (2008-2012). En cuanto al “Grupo Ad-Hoc sobre Cooperación a Largo Plazo”, se determinó que se llevarán a cabo dos reuniones adicionales, de por lo menos una semana cada una, en lugares que todavía deben ser confirmados. Asimismo, se instruyó a la presidenta de la negociación, Margaret Mukahanana-Sangarwe, de Zimbabwe, para que prepare un borrador de texto de negociación “bajo su propia responsabilidad” con la finalidad de facilitar las negociaciones. En realidad, el texto es elaborado por la Secretaría con la participación y la aprobación final de la presidenta. Finalmente, se llevará a cabo una reunión del órgano subsidiario durante el mes de mayo para considerar una propuesta para la sesión de alto nivel que se realizará en México. Respecto del “Grupo de Trabajo sobre el Protocolo de Kyoto”, se concluyó que durante este año se enfocará en los compromisos adicionales de las Partes del Anexo I, es decir los países desarrollados, para luego de que venza el primer término de dicho instrumento en 2012, así como seguir trabajando en “otros asuntos”. En EE.UU., Obama ha declinado la idea de imponer límites a la emisión de gases contaminantes a centrales energéticas, fábricas y refinerías de crudo, de cara a la próxima votación de una ley ambiental en el Senado de EE.UU. Esta norma, que fuera aprobada en junio de 2009 por la Cámara de Representantes, busca reducir en un 17% las emisiones de CO2 para 2020 con respecto a 2005. Los límites de emisiones fijados por la versión de la Cámara de Representantes serian removidos por el Senado, debido a la necesidad de contar con el apoyo de los Republicanos para la sanción de la ley. Estos últimos siempre se han mostrado reacios a este tipo de medidas, por considerar que era una forma de ponerle trabas al desarrollo empresarial y de fomentar la dependencia de EE.UU. del extranjero. La incógnita radica en cómo alcanzará ese objetivo vital para la lucha contra el cambio climático, es decir reducir las emisiones de CO2 en un 17% para 2020 respecto a 2005, y en un 83% para 2050. Respecto a esto, los analistas consideran que el proyecto de nueva ley medioambiental incluirá un aumento moderado de los impuestos a la gasolina y fuertes incentivos para el desarrollo de energía nuclear, además del aumento de plataformas petrolíferas en las costas norteamericanas. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, afirmó que los gobiernos de la UE consideran que necesitan convencer a otros países sobre la necesidad de enfrentar el cambio climático «paso a paso», lo que significa que por el momento se abstendrán de presionar colectivamente a otras regiones para firmar un pacto. En pos de este objetivo, la UE ha iniciado una ronda de contactos internacionales con la que pretende acercar posiciones entre los socios internacionales. La comisaria europea de Acción por el Clima, la danesa Connie Hedegaard, se ha reunido con Estados Unidos, México, Maldivas e India, previo a la reunión de Bonn. Para la UE, la mejor forma de combatir el calentamiento global y evitar que la temperatura media del planeta se eleve por encima de los dos grados centígrados sería establecer un acuerdo internacional vinculante para sustituir al Protocolo de Kyoto en 2013. A fin de concienciar al resto del mundo han señalado que la UE debería «ventilar el tema del cambio climático en todas las reuniones regionales y bilaterales» y en reuniones internacionales como el Grupo de las 20 mayores economías. Respecto al financiamiento, prometió acelerar el pago de unos 2.400 millones de euros (3.200 millones de dólares) anuales a los países en desarrollo entre el 2010 y el 2012 para programas de adaptación y lucha contra el cambio de clima. Sin embargo, advirtieron que la contribución de Europa al fondo de 100.000 millones de dólares anuales de las naciones ricas para ayudar a las naciones en desarrollo a combatir el calentamiento global tenía que estar vinculada a «acciones significativas y transparentes» de los países más pobres para reducir las emisiones de anhídrido carbónico.
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