Entre los días 29 de noviembre y 10 de diciembre de 2010 se llevó a cabo en Cancún (México) la decimosexta Conferencia de las Partes (COP 16) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Tras la decepción sufrida un año atrás en Copenhague, la reunión de Cancún concluyó con un acuerdo más ambicioso de lo previsible. El texto aprobado es un documento de referencia común para los procesos de negociación (Cooperación a Largo Plazo y el Protocolo de Kyoto) y contempla avances en los cinco bloques del paquete de negociación: Visión de largo plazo, Mitigación (incluyendo REDD+ o Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal en Países en Desarrollo), Adaptación, Tecnología y Financiamiento. En lo relativo a la visión de largo plazo, no se acordaron compromisos cuantitativos de reducción. Si en cambio hubo reconocimiento de que las reducciones de gases de efecto invernadero deben dar respuesta a la recomendación científica -entre 25 y 40 por ciento menos de emisiones para 2020 respecto de los volúmenes de 1990- y que el aumento aceptable de la temperatura mundial debe mantenerse debajo de los 2º C. A su vez, los países se comprometieron a revisar sus emisiones en 2015 para intentar limitar la subida a 1,5 grados. Se señaló que las emisiones nacionales debían “tocar techo lo antes posible», pero dando más tiempo a los países en desarrollo. El texto remite a los compromisos que voluntariamente los países enviaron tras Copenhague (Ver Boletín Nº 91) y pide a los países desarrollados que «eleven la ambición» de sus objetivos de acuerdo con lo que recomienda el IPCC. En este sentido, las grandes economías emergentes se comprometieron a «conseguir desviar sus emisiones en 2020 respecto a la tendencia actual». Así, tanto China, como India y Brasil no tendrán que recortar sus emisiones, sino rebajar el ritmo de aumento. Respecto de la mitigación en general, las Partes acordaron que durante la próxima COP en Durban (Sudáfrica) establecerán un calendario para las emisiones con el objetivo de alcanzar un «tope» global. Mas específicamente, se acordó alentar a los PED a contribuir a las acciones de mitigación en el sector forestal llevando a cabo, según lo considere adecuado y de conformidad con sus respectivas capacidades y circunstancias nacionales, las siguientes actividades: reducción de emisiones por deforestación; reducción de emisiones por la degradación de bosques; conservación de las reservas de carbono de los bosques; gestión sostenible de los bosques; y mejora de las existencias de carbono de los bosques. El mecanismo de reducción de emisiones por deforestación y degradación de los bosques (REDD+), que busca proteger los grandes espacios verdes de todo el planeta a través del pago por “servicios climáticos”, fue uno de los puntos incluidos en los “Acuerdos de Cancún”, e implica que quienes viven en dichos espacios pueden ser “recompensados” por los servicios que brindan al planeta entero mediante el cuidado de los bosques que habitan. Dentro del criterio de REDD+ se incluyen los conceptos de conservación, manejo sostenible de bosques y valorización de las reservas de carbono. Este es un punto muy importante, si se tiene en cuenta que la deforestación y degradación forestal son responsables en un 15%-20% de las emisiones totales de GEI. Finalmente, en cuanto al financiamiento, los países desarrollados (PD) se comprometieron a proveer de nuevos y adicionales recursos. De esta manera, existirá un fondo de “arranque rápido” de 30.000 millones de dólares para el período 2010-2012 a aplicarse en adaptación y mitigación para los países en desarrollo (PED) más vulnerables; y otro de “largo plazo” de 100.000 millones de dólares por año hasta el 2020 “destinado a las necesidades de los países en desarrollo”. Asimismo, se establece un Fondo Climático Verde bajo la COP a ser administrado interinamente por el Banco Mundial los primeros 3 años para apoyar proyectos, programas, políticas y actividades en PED. Este fondo será dirigido por una Junta de 24 miembros con representación equitativa de PD y PED, y será diseñado por un Comité Transitorio de 40 miembros, 15 de ellos de PD y 25 de PED. Otro de los temas abordados fue la continuidad del Protocolo de Kyoto (PK) después de 2012. Debe recordarse que el período de reducción de emisiones para países desarrollados es de 2008 a 2012. En esta primera fase, los compromisos del protocolo implicaron la reducción de aproximadamente el 11-16% respecto a los niveles de 1990. Por el momento se aplazó la decisión sobre si habrá o no una segunda fase del Protocolo de Kyoto, para la COP 17 que se llevará a cabo en 2011, en Durbán (Sudáfrica). Sólo se llamó a los PD a discutir una nueva fase de compromisos de reducción bajo Kyoto “para garantizar que no haya un vacío” entre ambos períodos. Es preciso resaltar que, tanto antes de la COP16 como durante su desarrollo, las posiciones se mantuvieron inalterables. EE.UU. considera que el PK debe ser desechado y reemplazado por un nuevo acuerdo. Japón, Canadá, Australia y Rusia expresaron que no debería extenderse ya que los dos principales emisores (Estados Unidos y China) no participan en él. En efecto, Kyoto solo cubre el 27% de las emisiones del mundo. Y finalmente, los países en desarrollo reclaman una segunda etapa de compromisos de reducción, en la que participen todos los PD. Finalizada la reunión, la secretaria de la UNCCC, Christiana Figueres, pidió a los países la rápida aplicación de los acuerdos de la COP 16, para mostrar al mundo que la cooperación en esta materia es un hecho establecido. Figueres recordó que el cumplimiento de estos compromisos permite ofrecer una reducción de emisiones de sólo 60 por ciento del total que pide la ciencia para asegurar que la temperatura no suba más de dos grados, lo que claramente es insuficiente para las naciones vulnerables al cambio climático. De esta manera, instó a las partes a continuar con mayores recortes de las emisiones de gases de efecto invernadero y poner en marcha las instituciones acordadas. Leer en pdf »
CUMBRE DE CAMBIO CLIMÁTICO
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