El índice de precios de los alimentos que elabora FAO alcanzó en julio su nivel más bajo en 6 meses, retrocediendo 2,1% con respecto al mes anterior y 1,7% con respecto al mismo mes del año pasado. Cuando se analiza la composición del índice, se observa un alto grado de heterogeneidad en las tendencias. El índice para los precios de los cereales es el que muestra un mayor retroceso, siendo un 17% menor al de un año atrás, mientras que el índice para las carnes, en cambio, aumentó en 14%.
La caída del índice para los cereales refleja las recientes caídas en el precio internacional de maíz y trigo, motivadas por una abundante oferta exportable.
En el caso de las carnes, la suba se explicó fundamentalmente por la carne bovina, con fuerte demanda de importaciones por parte de China y un retroceso en la oferta australiana para reconstitución del stock.
Los aceites vegetales retrocedieron 4,1% con respecto a junio y 3% respecto al año pasado, lo que fue explicado fundamentalmente por las perspectivas de producción de soja récord en EE.UU.
Entre el resto de los componentes del índice, el precio de los lácteos retrocedió 4,4% respecto al mes anterior, con fuerte crecimiento en la producción de la UE y perspectivas favorables en Oceanía, y el azúcar aumentó 0,4% pero mostrando una alta variabilidad.